La transformación histórica de la Carretera de Extremadura

  • Un tramo de la carretera A-5 se convierte definitivamente en en vía urbana
Foto aérea de la Carretera de Extremadura
Foto aérea de la Carretera de Extremadura |RTVE

La carretera de Extremadura vertebra los barrios que se extienden al suroeste madrileño, en el distrito de Latina: Batán, Puerta del Ángel, Aluche, Campamento, Cuatro Vientos... Todos han crecido en torno a esta vía principal. Echando la vista atrás podemos establecer una cronología de su transformación.

Gran parte de este territorio perteneció a los municipios de Carabanchel Alto y Bajo, hasta su anexión definitiva a la ciudad de Madrid en 1948. Era un lugar de pasto y de uso agrícola que fue urbanizándose al ritmo que marcaba el crecimiento de la ciudad. Y también las infraestructuras.

Los caminos naturales fueron cediendo su espacio a las calles, las vías férreas y las carreteras. En el otro extremo permanece la frontera natural de la Casa de Campo.

Más alejados de la ciudad proliferaron los cuarteles, surgidos en torno a un polvorín a mediados del siglo XIX. Los asentamientos castrenses dieron nombre al barrio de Campamento.

La desaparecida estación de Goya (salvo en el Monopoly), era la cabecera de la línea que cubría Madrid con Almorox

Por aquella época se inauguró también la hoy desaparecida estación de Goya, cabecera del ferrocarril que cubría la ruta Madrid-Navalcarnero-Almorox. La estación (la primera construida al sur del Manzanares) tomó su nombre de la también desaparecida “Quinta del Sordo”, residencia de Francisco de Goya. La ruta se cerró a finales de los 60 para dar paso a la línea de Cercanías. El trazado lo ocupa en la actualidad la calle Sepúlveda.

En los años 50 el tranvía era el único medio de transporte público para los vecinos de estos barrios. El 53 (y posteriormente 54) recorrían Puerta del Ángel, Paseo de Extremadura, Campamento y Cuatro Vientos, “El fin del mundo”, como se le denominaba entonces. En 1963 la EMT suprimía la circulación de tranvías abiertos para sustituirlos paulatinamente por líneas de autobuses como la 36, 39, 25, 138, 17, 31, N-19…

Apartadero del tranvía 53, a la altura de Cuatro Vientos

Precisamente en los años 50 comenzó la expansión demográfica en Madrid. El paisaje agrícola de zonas como el arroyo Luche, hoy Aluche, fue desapareciendo al acelerado ritmo de las construcciones residenciales, enterrando pequeñas historias de la ciudad como la Torre de los señores de Bofarull. En ambos lados de la carretera de Extremadura se levantan colonias residenciales como El Batán, un proyecto liderado por Sáenz de Oíza.

Las vías de acceso a la ciudad, cada vez más concurridas, fueron creciendo al mismo ritmo que el tráfico rodado hasta convertirse en autopistas, como es el caso de la carretera de Extremadura. Y con ellas, las demandas de sus vecinos que reclamaban menos tráfico y menos ruido en sus casas. Finalmente, el Ayuntamiento de Madrid anunció en 2018 el fin de esta vía rápida, no sin polémica.

La carretera de Extremadura se convierte en calle con semáforos y velocidad controlada a 70 y 50 km/h, según el tramo, a partir de febrero de 2019.

En todo este tiempo, se ha quedado por el camino otros desarrollos urbanos como el fallido Eurovegas o la Operación Campamento, un viejo proyecto que podría haber transformado definitivamente el eje Extremadura. Pero la falta de acuerdo entre administraciones y la crisis enterraron el proyecto, al menos de momento.

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