El enfermero asesinado en su piso de Madrid será enterrado en Mérida

  • Cada 3 días ha muerto una persona en Madrid por causas violentas

Ángel Luis G.D.R., el enfermero que murió ayer apuñalado en su piso de Madrid, será enterrado mañana en su localidad natal, Mérida, después de que se le haya practicado la autopsia para determinar las circunstancias del fallecimiento.

El cuerpo de Ángel Luis ha partido esta mañana hacia Mérida, donde será enterrado mañana, desde el hospital Ramón y Cajal, en el que varios compañeros de trabajo, familiares y allegados han velado el cadáver durante toda la noche.

El cuerpo fue entregado a la familia ayer tras la finalización de la autopsia, que se practicó en el Instituto Anatómico Forense para aclarar las circunstancias de la muerte.

La víctima fue hallada muerta ayer por la mañana en su piso de la calle Ríos Rosas de Madrid, tumbado, desnudo y tapado con una alfombra, después de que no acudiese a su puesto de trabajo en el hospital Ramón y Cajal, en el que era enfermero desde hace 30 años.

La Policía no descarta por el momento ninguna hipótesis, aunque los primeros indicios apuntan más a un crimen pasional que a un robo, según las mismas fuentes.

Ángel Luis G.D.R., de 52 años, trabajaba actualmente en la Unidad de Hemodinámica del Servicio de Cardiología del Ramón y Cajal y el pasado fin de semana estaba de guardia localizada, lo que significa que tenía que estar localizable para acudir a su puesto de trabajo si era necesario.

Precisamente el hecho de que no contestase a las llamadas del hospital hizo que sus compañeros avisasen a la Policía y los agentes descubriesen el cadáver.

El fallecido había sido supervisor en Urgencias y era muy conocido y valorado entre sus compañeros por su gran capacidad de trabajo y disposición, según ha informado un portavoz del centro.

Varios compañeros de trabajo de Ángel Luis han explicado a Efe que era "un gran profesional y una gran persona", para algunos incluso "el mejor supervisor de Urgencias" que han tenido, y se han mostrado sorprendidos y muy consternados por su muerte en circunstancias violentas.

Por eso varios de ellos han pasado la noche velándole en el hospital junto a algunos familiares y le han despedido con aplausos cuando el coche fúnebre ha salido del centro en dirección a Mérida.

Los compañeros y los familiares del fallecido esperan que la Policía encuentre cuanto antes al autor o autores de la muerte y se haga justicia.