La Pasión Viviente de Morata de Tajuña celebra su 26 aniversario

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La representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús que se escenifica en Morata de Tajuña celebra este Jueves Santo su 26 aniversario convertida en una atracción turística que consigue llevar a este pueblo del sureste de la Comunidad de Madrid a más de 20.000 visitantes ese día.

El Ayuntamiento de Morata organiza cada año más actividades turísticas y culturales durante esa jornada para disfrutar de un pueblo que se transforma en la Jerusalén del siglo XXI.

Entre los múltiples actos, destaca este año la segunda edición del Mercadillo de Artesanía y Productos Locales, en la que participan artesanos, comerciantes y agricultores de la zona.

El Ayuntamiento también ha destacado otros actos culturales como el Concierto de Música Procesional de la Banda Municipal, el de Música Sacra a cargo de la Soprano Isabel Cañas y la Muestra de Música Procesional a cargo de la Agrupación Musical de Morata de Tajuña, Campeona de España, en el Escenario del Calvario, en la Plaza Mayor.

Además hay Visitas Turísticas guiadas a los principales museos y monumentos locales.

La Pasión Viviente de Morata de Tajuña está considerada uno de los actos religiosos y culturales más impresionantes de la Comunidad de Madrid, está declarada de Interés Turístico desde el año 2001 y cuenta con la Bendición Apostólica de su Santidad.

Al caer la tarde del Jueves Santo, todo Morata cambia el ruido del día a día por un silencio respetuoso y excitante -según los organizadores- y el conductor se convierte en Poncio Pilato, el estudiante en Judas, el ama de casa en la Virgen María, y el hijo de María y José, el carpintero del pueblo, en Jesús de Nazaret.

Más de cincuenta moratenos se vestirán y formarán parte de la Centuria Romana, doscientos serán el pueblo judío, testigos de lo acontecido hace 2000 años. Apóstoles, sacerdotes y guardias de Sanedrín completarán el elenco de participantes.

Tras ellos, un completo equipo técnico se ocupa del sonido, de la banda sonora, efectos especiales y luminotecnia, que unido al maquillaje y vestuario convierten la Pasión de Morata en un espectáculo de tres horas por las calles y plazas de un pueblo que se transforma en vieja ciudad judía.E