La Línea 2 de Metro pasará a llamarse a partir de este mes de septiembre 'Línea 2 Vodafone' en virtud del acuerdo publicitario suscrito entre la operadora de telefonía y el suburbano para los próximos tres años.
Según han explicado fuentes del suburbano a Europa Press, desde hace unos días se han iniciado ya las labores para sustituir la cartelería en varias estaciones de la línea 'roja' (color que también coincide con la imagen corporativa de Vodafone) y que se prevé culminar a lo largo de la primera semana de septiembre.
Con ello, se completa la acción de patrocinio que se inició a finales de mayo y que se plasmó otorgando la denominación de 'Vodafone Sol' a la 'emblemática' estación de Metro. El cambio de nomenclatura de esta parada fue el primer paso del acuerdo firmado el pasado mes de abril por el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y el presidente de Vodafone, Francisco Román.
El acuerdo en su conjunto reportará a Metro ingresos valorados en tres millones de euros, a razón de un millón por año, y estipula que la publicidad de la empresa esté presente en vestíbulos, pasillos y andenes. Aparte, Metro de Madrid ya recoge en sus planos la denominación de la estación de 'Vodafone Sol'.
El cambio de nombre para la publicidad de Vodafone afecta a varios elementos como accesos directorios de los diferentes vestíbulos y pasillos. También afectara a otros elementos como el plano oficial de la red de Metro, en la web y en la aplicación móvil desarrollada por el suburbano.
Con este tipo de acciones publicitarias, Metro aspira a ser uno de los principales escaparates comerciales de la región al albergar multitud de eventos realizados por empresas privadas que buscan la mayor visibilidad a través de sus instalaciones y que el pasado año supusieron para la compañía unos ingresos de más de 10 millones de euros.
Metro, con este tipo de iniciativas, apuesta "por la innovación comercial y publicitaria" en toda la red de transporte público al ser "un escaparate" que registra 1.500 millones de viajes anuales y espacios como los intercambiadores de transporte, por los que cada día pasan un millón de madrileños.
