La Feria del Libro solidaria con los afectados por el terremoto de Lorca

  • El abarrotado recinto se ha emocionado especialmente con la danza derviche de un bailarín

La emoción y el cariño han estado hoy muy presentes en la Feria del Libro, gracias al recuerdo que escritores y libreros han querido tener con los afectados del terremoto de Lorca, de cuyo nombre han querido acordarse, con una lectura solidaria, actuaciones y la venta de libros donados por sus autores.

El pabellón Carmen Martín Gaite, lleno hasta la bandera, ha reunido esta tarde una pequeña biblioteca con libros cedidos por las editoriales, muchos de ellos firmados por sus creadores.

Había obras de Mario Vargas Llosa, Rosa Montero, Manuel Vicent, Juan Marsé, María Dueñas, Agustín Fernández Mallo, Jesús Ferrero, José Ovejero, Carmen Posadas, Clara Sánchez o José María Merino, y de otros muchos, que la gente podía comprar a un precio simbólico de 25 euros.

A la vez que esta venta solidaria ha tenido lugar un acto, presentado por los periodistas Javier Lostalé y Pedro Blanco, con la lectura de textos escritos especialmente para la ocasión por diferentes autores.

Entre ellos, Ramon Yrigoyen, Almudena Grandes, Nuria Barros, Andres Neuman, Juana Salabert, Fernando Savater, El Hortelano, Anna Rossetti, Antonio Gómez Rufo, Paco Nadal o Eduardo Punset.

Luz Macías, de la Asociación de Amigos de la Cultura de Lorca, ha abierto el acto con unas palabras de agradecimiento para todos los organizadores, los profesionales del libro, y con la lectura de un poema escrito por la presidenta de la citada asociación, Asunción Pérez Castejón, con el título "Lorca hoy".

La escritora y periodista Merche Cano ha leído un texto de la escritora Inma Chacón. La obra gráfica con la que estaba decorado el pabellón ha sido aportada por Ouka Leele, Suso 33, El Hortelano y Dario Basso.

El abarrotado recinto se ha emocionado especialmente con la danza derviche de un bailarín que ha desplegado una pancarta con las palabras impresas: paz y amor.

También el grafitero Suso 33 ha realizado un acto denominado "Poesía fosilizada" en el que ha recogido las palabras que más le han gustado tras las múltiples lecturas y las ha ido colocando en las paredes