La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado que los responsables del dispositivo médico que se instaló en el Madrid Arena para la trágica fiesta mortal de noviembre de 2012 se sentarán finalmente en el banquillo de los acusados por tres posibles delitos de homicidio imprudente.
Así consta en un auto, al que tuvo acceso Europa Press, en la que desestimando el recurso que presentaron los doctores Simón y Carlos Viñals contra la decisión del juez Eduardo López Palop de mantener su imputación.
Tras el auto de procesamiento, el abogado de ambos imputados criticó que la prueba que incluyó el juez en el auto es, a su juicio, era "sesgada y superficial". Y se opuso al ehcho de que el magistrado no incluyera el informe pericial de parte que concluyó que la actuación de sus clientes no tuvo incidencia en el resultado de muerte de las chicas.
En el auto, el magistrado señalaba que Simón Viñals, con 77 años en el momento de la tragedia, era el médico encargado de la enfermería del evento, "un cuarto trasero sin ventilación ni luz suficiente y, con un aspecto realmente sorprendente en un país civilizado en pleno siglo XXI, sin agua corriente".
Palop apuntaba que Viñals cobró 1.920 euros por hacer cargo de estos servicios médicos, por lo que había que suponer que "tenía que supervisar y estar de acuerdo con los medios materiales y humanos que se ponen a su disposición para una función esencial en un evento multitudinario.
