Empleados de Kontrol 34 taponaron el pasillo contiguo al vomitorio donde murieron las jóvenes

Un video publicado hoy por el diario EL MUNDO muestra como, en el pasillo del Madrid Arena, a tan sólo diez metros del tapón mortal, los porteros de la Kontrol 34 bloquean la vía de escape, sujetan violentamente a los que entran por allí huyendo de la aglomeración, y ni tan siquiera atienden a una joven que se desmaya tras escaparse de la ratonera. Una vez que los porteros son alertados de la tragedia, abren durante media hora, pero vuelven a cerrar para que los artistas se puedan hacer fotos tranquilamente. Más datos de aquella fatídica noche.

Un joven con camisa azul entra en el pasillo desde la pista que se encuentra abarrotada. Pero le dicen que no, que tiene que darse la vuelta. Otros chicos aprovechan que la puerta está abierta y entran. Aparecen varios porteros que les echan.

Minutos después vemos como uno de ellos arrastra al joven de la camisa azul sujetándole contra la pared. No vemos el resto de la escena fuera del tiro de la cámara.

Este pasillo se encuentra a la derecha a muy pocos metros del lugar donde se produce la avalancha y el tapón y da acceso al lugar donde se cambian los gogos que participan en el espectáculo. El pasillo también lo utilizan para hacerse fotografías.

A las 3:36 llega un aviso, algo está ocurriendo y se necesita ayuda. Cuatro minutos después una chica claramente nerviosa les explica algo.

La gente está muy agobiada fuera e intenta escapar por el pasillo, empujan la puerta para abrirla y un portero cae encima de unos de los jóvenes. Otro agarra a una chica que por su manera de andar está claro no se encuentra bien. A un joven que entra le obligan a irse y solo se quedan las chicas.

Una de ellas se desmaya, cae al suelo y las otras dos jovenes se acercan a ayudarla. Sin embargo, parece como si a los porteros no les importara lo que le pasase.

A muy pocos metros de aquí se están viviendo momentos críticos.

A las 3:50 abren las puertas y puede entrar gente pero en ocasiones las cierran para dejar libre el pasillo y que los artistas puedan ser fotografiados. En seguida las vuelven a abrir.

Los que entran se echan las manos a la cabeza. Muchos, seguro están intentado escapar del caos que se vive en el pasillo de al lado.