El polideportivo Barceló, privatizado por Manuela Carmena

Ahora donde dije digo, digo Diego. Es lo que ha hecho Manuela Carmena. Prometió parar la externalización de los servicios municipales, la alcaldesa ha cedido la gestión de un polideportivo municipal a una empresa privada. La alcaldesa ha vuelto a incumplir una de sus promesas.

Echamos mano del programa con el que Ahora Madrid se presentó a las pasadas elecciones municipales. Se comprometía a "revisar las concesiones de las instalaciones deportivas municipales a empresas, revertirlas y cederlas a entidades arraigadas en el distrito con objetivos y programas deportivos y sociales". Además de "fijar una estrategia de recuperación progresiva de la gestión pública de los servicios municipales externalizados a las grandes empresas y grupos económicos".

A pesar de ello, Manuela Carmena ha firmado días atrás la privatización del centro deportivo municipal Barceló, que será gestionado por Carpa Servicios y Conservación, una empresa perteneciente al Grupo Forus. El centro, situado encima del Nuevo Mercado de Barceló, una de las grandes obras de remodelación del barrio de Justicia, en el distrito Centro, ha sido adjudicado por la mesa de contratación formada por los miembros de Ahora Madrid por un canon de 608.000 euros.

Desde el ayuntamiento, lo justifican en que la privatización ya había sido iniciada bajo el mandato de Ana Botella, que antes de dejar el cargo también cedió la gestión del nuevo centro de El Pardo. Y que dado lo avanzado del proceso no han podido echarla para atrás.

Otras fuentes señalan que podrían haberla paralizado, como se ha hecho con el proyecto inmobiliario de Renta Corporación, pero que la realidad del Ayuntamiento es que no dispone de dinero para afrontar obras como la remodelación del polideportivo Barceló. La portavoz del PP en el ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, celebra esta decisión de la alcaldesa y la califica de "encomiable" porque ella siempre ha considerado la gestión privada más eficiente que la pública.

La empresa concesionaria, además de pagar el canon, se hace cargo de obras por 1,5 millones y otros 950.000 euros anuales en servicios, personal y costes de la cafetería, ya que también gestionará una zona de restauración de unos 130 metros cuadrados