El Mercado de San Miguel celebrará su centenario con un concierto de instrumentos vegetales

  • Su construcción comenzó en 1913 bajo la dirección de Alfonso Dubé y Díez y costó 300.000 pesetas
Mercado de San Miguel
Mercado de San Miguel |madrid.es (Flickr)

Uno de los enclaves más emblemáticos del centro de Madrid cumple cien años. Su remodelación en 2009 cumplió con el objetivo de resucitar el mercado tradicional, el de la compra diaria, con las ventajas del siglo XXI. Pocos visitantes pasan por la capital sin degustar alguna de las delicias de sus 33 puestos gourmet.

Desde entonces ha aportado un soplo de aire fresco a la gastronomía madrileña, española e incluso, internacional. Pero además, El Gastródomo de San Miguel quiere formar parte de la agenda madrileña de eventos realizando diferentes actividades relacionadas con el ocio y la cultura, ayudando a revitalizar el casco antiguo de la capital.

El Mercado de San Miguel, uno de los mercados más emblemáticos de Madrid, celebra este lunes, 13 mayo, cien años de su nacimiento con un concierto de la Orquesta Vegetal de Viena, un conjunto musical que crea instrumentos a partir de vegetales.

En un comunicado, el Mercado ha explicado que a partir de las 12 horas los músicos de la Orquesta Vegetal de Viena estarán trabajando para fabricar sus instrumentos elaborados con vegetales. Así, zanahorias, cebollas, berenjenas, pimientos, serán las verduras que darán las notas musicales a este aniversario.

El Mercado ha invitado a los madrileños a contemplar la elaboración de los instrumentos vegetales, así como a la prueba de sonido que se celebrará a las 17.30 horas. En ella los espectadores podrán ver cómo han quedado estos particulares instrumentos y cómo los músicos sacan sus mejores notas. A las 20.00 horas comenzará la música.

ORÍGENES

En sus orígenes, el solar ocupado por el mercado fue el emplazamiento de la iglesia parroquial de San Miguel de los Octoes, lugar dónde fue bautizado Lope de Vega.

La construcción del Mercado de San Miguel comenzó en 1913 bajo la dirección de Alfonso Dubé y Díez y costó 300.000 pesetas.

Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento, es el último exponente de los grandes mercados de hierro de Madrid: el de los Mostenses y el de la Cebada, que fueron derribados en 1925 y 1956.