El Gregorio Marañón hizo 6 trasplantes en 24 horas en pleno mes de agosto

  • Movilizó más de 100 profesionales el 20 de agosto para trasplantar un corazón, un hígado y 4 riñones

El Hospital Gregorio Marañón movilizó, el pasado 20 de agosto, a más de 100 profesionales para trasplantar, en una sola jornada, un corazón, un hígado y cuatro riñones, uno de ellos a paciente pediátrico, en lo que supuso "un verdadero reto para el hospital y un termómetro de su calidad asistencial".

En total, se movilizaron en pleno verano a cerca de 400 personas de seis hospitales, cuatro de Madrid y dos de Castilla León, de donde procedían las donaciones, ha explicado hoy en rueda de prensa el director del programa de trasplantes del Gregorio Marañón, José Luis Escalante.

DE LOS SEIS RECEPTORES, CINCO HAN SIDO YA DADOS DE ALTA

De los seis receptores, cinco ya han sido dados de alta y evolucionan favorablemente, según Escalante para quien "sin ninguna duda, los verdaderos protagonistas fueron los donantes y sus familias que con su solidaridad lo han hecho posible", ha subrayado.

La maquinaria puesta en marcha aquel día en el Marañón, La Princesa, 12 de Octubre, Puerta de Hierro, Hospital de Salamanca y el Clínico de Valladolid, también incluyó "importantes dispositivos de emergencias extrahospitalarias y ambulancias", bajo la coordinación a nivel nacional de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

"Un trasplante no es solo el acto quirúrgico en sí, tiene detrás toda una estructura" de médicos que valoran, preparan y hacen el seguimiento del paciente, además del personal auxiliar y de laboratorios, ha añadido.

El Marañón, que está autorizado para realizar cinco tipos de trasplantes de órganos, realizó un total de 100 el año pasado, y además es "el hospital español que más trasplantes cardíacos pediátricos realiza, y de los pocos europeos que realizan al año más de diez de estos trasplantes".

En 2013 los cirujanos cardíacos infantiles del Marañón hicieron 14 trasplantes, y el paciente más pequeño pesaba tan solo 3,5 kilogramos, ha añadido.

En lo que va de año, los médicos del hospital llevan ya 93 trasplantes, de los cuales 26 hepáticos, 15 cardíacos (tres pediátricos), y 32 renales (dos pediátricos), con lo que "todo apunta a que van a superar las intervenciones del año pasado", según Escalante.

Entre las dificultades que tuvieron que superar en el "maratón" del 20 de agosto, figuran "localizar a los receptores en un periodo de vacaciones, organizar a los equipos en muy pocas horas, preparar la disponibilidad de transfusiones de sangre para seis trasplantes", relata la coordinadora del programa en el Marañón, Mariló Sáinz.

El único paciente que sigue ingresado es un caso "muy complejo", ya que llevaba cuatro meses conectado a un corazón artificial conocido como "Berlin Heart", que envía sangre tanto a los pulmones como al resto del cuerpo, y esta larga conexión al dispositivo dificulta el trasplante por las "adherencias" que produce.

Los dos pacientes trasplantados vivos en España que estuvieron asistidos por el "Berlin Heart" en ambos ventrículos se han tratado e intervenido en el Gregorio Marañón, ha explicado el doctor Ángel González.

En cuanto a los trasplantes infantiles, "el tamaño del órgano supone una dificultad añadida" y, aunque las tasas de donación de órganos "son escasas" debido a la caída de la mortalidad infantil, el año pasado "fue un año extraordinario en número de donaciones, con 14 niños trasplantados y dos adolescentes", según el hospital.

CENTRO DE REFERENCIA NACIONAL EN TRASPLANTES CARDÍACOS PEDIÁTRICOS

El Marañón es centro de referencia nacional en trasplantes cardíacos pediátricos, de los que este año ya realizado tres y tiene a otros tres niños en espera, uno de ellos desde hace seis meses, pero está conectado a un dispositivo.

Los niños en general tienen "una mayor tolerancia inmunológica después de la cirugía", y la tasa de supervivencia tras un trasplante cardíaco infantil es de 18 a 20 años, por lo que ya se está "empezando a retransplantar a jóvenes" transcurrido este tiempo.

La respuesta de los padres a la hora de donar órganos de un hijo fallecido "es bastante buena, porque un padre es capaz de ponerse en la piel de otro padre cuyo hijo depende de un órgano para sobrevivir", explican desde el hospital.