El director de Método 3 niega haber elaborado informes sobre Ignacio González

  • Acusa a González de presionarle "de toda las formas posibles"
  • En la comisión de investigación sobre corrupción política que celebra la Asamblea de Madrid

El director de la agencia de detectives Método 3, Francisco Marco, ha negado hoy haber elaborado informes sobre Ignacio González, al que ha acusado de presionarle "de todas las maneras posibles" tras negarse a averiguar quién estaba detrás de unos supuestos seguimientos realizados al expresidente regional.

Así lo ha señalado en su comparecencia en la comisión de investigación sobre corrupción que tiene lugar en la Asamblea de Madrid, en la que ha negado en repetidas ocasiones su participación en la elaboración de un informe de 69 páginas sobre el expresidente Ignacio González, hecho por el que llegó a estar imputado.

"Ni realicé ningún tipo (de trabajo) para el señor González ni he realizado ningún trabajo en contra del señor González", ha asegurado.

En su intervención, ha explicado que acudió a una entrevista con González después de que un empresario de Madrid amigo suyo le pidiera que descubriera quién había dado la orden de hacer ese informe de 69 páginas.

En ese encuentro, asegura que le facilitaron una lista con nombres de "unos posibles enemigos de Ignacio González en el momento que era vicepresidente" de la Comunidad de Madrid, pero ha sostenido que él se negó a averiguar si alguna de esas personas había sido la encargada de ordenar los supuestos seguimientos.

El director de Método 3 no ha querido concretar el número ni los nombres de las personas que figuraban en esa lista.

"Para él (Ignacio González), los enemigos eran miembros de su propio partido que podían haber realizado el encargo de ese informe", se ha limitado a decir.

Por otro lado, ha señalado que los únicos trabajos que recuerda que realizara para la administración madrileña fueron tres trabajos encargados por el departamento de recursos humanos del Canal de Isabel II sobre tres empleados de este ente público.

El pasado mes de junio, la Audiencia de Madrid ordenó reabrir el caso de supuesto espionaje en el PP al considerar que hay indicios de delito de malversación de caudales públicos por parte de los funcionarios de la Comunidad Sergio Gamón, José Manuel Pinto y Miguel Castaño y los guardias civiles José Oreja, José Luis Caro y Antonio Coronado.

Todos ellos están acusados de utilizar teléfonos y vehículos que tenían para desarrollar su cargo para espiar al exvicealcalde de Madrid Manuel Cobo y al exconsejero Alfredo Prada, entre otros políticos madrileños, en 2008 y 2009.

En la comisión de hoy también ha comparecido uno de estos investigados, el exsubdirector de Seguridad de la Comunidad Miguel Castaño, que ha acusado a los guardias civiles Oreja y Coronado haber hecho un "montaje" para involucrarlo a él en el caso.

"Ha sido una estrategia de defensa, estarían ellos en su mundo y dijeron vamos a pillar al jubilado a decir que también fue él", ha comentado.

Castaño ha explicado que ocupó el cargo de subdirector de Seguridad en 2006, tras pasar por el Canal de Isabel II, y lo mantuvo hasta su prejubilación, en 2011.

No ha querido pronunciarse sobre si en aquella época se ordenaron seguimientos a políticos: "Ahí no voy a entrar, no tenía nada que ver con eso y lo me quedaba a mí es empezar a especular".

Por otro lado, ha negado la acusación que hizo Pinto en su declaración ante el juez en la que señaló que Castaño era el autor de los partes que recogían estos supuestos seguimientos.

Previamente, ha comparecido el que fuera asesor de Seguridad del exconsejero de Interior Francisco Granados, Marcos Peña, que también ha apuntado a la existencia de un "montaje" en el caso de supuesto espionaje, aunque de procedencia distinta.

En su opinión, con este "montaje" se trató de involucrar a los tres guardias civiles acusados para así tratar de "encubrir un espionaje real".

"El objetivo primero era eliminar a este grupo de personas, a mí y a los guardias civiles que ya habían protestado ante el consejero, pero el segundo y más importante era el encubrimiento de lo que realmente sí se estaba haciendo, el espionaje real que se estaba haciendo", ha añadido.