El auto de la Audiencia Provincial sobre las bosnias genera polémica

  • Tanto los ciudadanos como la policía consideran, que se les abre la puerta para que sigan robando

Hace unos días conocíamos que el clan de las Bosnias podía volver al Metro después de un auto de la Audiencia Provincial de Madrid. Quedaba así sin efecto la medida de alejamiento que un juez les había impuesto para impedir que siguieran robando carteras.

Una decisión que origina polémica y debate. Tanto los ciudadanos como la policía consideran, que se les abre la puerta para que sigan robando.

El pasado 15 de febrero, el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid decidió imponer una medida cautelar novedosa en Madrid a cinco detenidas, consideradas las carteristas más activas de la capital: la prohibición absoluta de acceder a cualquier instalación del Metro de la capital.

La medida afectaba al llamado "clan de las bosnias", las cinco carteristas que durante más de diez años se han dedicado a cometer hurtos en las estaciones del suburbano más frecuentadas por los turistas que visitan la capital. Entre todas ellas suman 330 antecedentes policiales, en su mayoría por hurtos, según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid estimaba el recurso de las cinco mujeres y ha dejado sin efecto la medida cautelar de prohibición absoluta a acceder a las instalaciones del Metro de Madrid y de Metro Sur.

UN GRUPO ACTIVO DE CARTERISTAS

La investigación policial en torno al "clan de las bosnias" comenzó el pasado mes de diciembre cuando los agentes, gracias al análisis del historial delictivo de varias mujeres que habitualmente se dedicaban a sustraer carteras en el metro, constataron que cinco de ellas, de nacionalidad bosnia, formaban el grupo más activo en este tipo de delitos.

Perfectamente estructurada, la líder de la banda, Raifa I., de 30 años y la más veterana del grupo, era la encargada de coordinar los robos y distribuía al resto por las zonas del metro "marcando" a las víctimas.

Zahida I, de 36 años, se dedicada exclusivamente a perpetrar las sustracciones gracias a su experiencia en "picar" carteras, mientras que la función de distraer a la víctima o tapar la acción para que nadie se percatara del robo era llevada a cabo por las otras tres mujeres.