Desarticulada una organización internacional de tráfico de personas

  • Introducía en España y Reino Unido ciudadanos iraníes por 15.000 euros
  • La Policía Nacional, con la colaboración de la agencia británica RALON, ha detenido a seis miembros de la organización en Madrid

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización internacional dedicada al tráfico de personas asentada en nuestro país cuyos principales miembros residían el Madrid. La red introducía en España y Reino Unido a ciudadanos de origen iraní previo pago de 15.000 euros y en nueve meses habían traficado con más de 50 personas.

Siete miembros de la organización están detenidos tras las investigaciones que han llevado a averiguar que los integrantes del grupo, perfectamente jerarquizado, los introducía desde Oriente Medio mediante la emisión fraudulenta de visados en sus legítimos pasaportes.

Todo se inició cuando los agentes detectaron en el aeropuerto de Bilbao un grupo de cuatro ciudadanos iraníes, uno de ellos menor, que pretendían desplazarse al Reino Unido mediante pasaportes griegos falsificados.

A raíz de ahí, comenzaron las investigaciones policiales que llevaron a determinar la existencia de una organización internacional asentada en España y que contaba con la logística necesaria para el tráfico de migrantes desde Oriente Medio.

El modus operandi consistía en facilitar la entrada en territorio Schengen de ciudadanos de Irán mediante la emisión de manera fraudulenta de visados en sus pasaportes legítimos. Tras el cobro de cantidades de dinero que oscilaba entre los 10.000 y los 15.000 euros por persona, facilitaban a los inmigrantes billetes de avión con destino a países de la Unión Europea.

Una vez en Europa, llegaban a Madrid por vía terrestre o aérea y, ya en la capital contactaban con miembros de la red que les facilitaban alojamiento en establecimientos hoteleros y les proporcionaban pasaportes falsificados con los que viajar a Reino Unido.

De este modo, los inmigrantes llegaban a Madrid y esperaban en los hoteles dispuestos por la organización hasta que les proporcionaban los documentos, que llegaban hasta el grupo criminal desde Grecia a través del correo postal urgente.

CONTROLADOS Y VEJADOS

El control ejercido por la organización sobre los inmigrantes era absoluto y estaba perfectamente planificado: para eludir un posible seguimiento policial de las comunicaciones, uno de los miembros, utilizando identidades falsas, compraba dos tarjetas de telefonía móvil por cada traficado. Una se la entregaba al inmigrante y la otra la utilizada él personalmente para darle instrucciones.

Se les prohibía hablar con terceras personas y el principal miembro de la organización era el encargado de acompañarles hasta el aeropuerto, separándose de ellos al entrar y dándoles vía telefónica directrices sobre cómo acceder a los filtros y embarques.

En caso de ser detenidos por la falsedad de los pasaportes facilitados llevaban aprendidas informaciones falsas y forma de actuar que debían tener ante la policía para evitar dar datos que pudieran llevar a la desarticulación de la red criminal.

El trato de los traficantes hacia los inmigrantes era vejatorio y denigrante, insultándolos y amenazándolos, tanto a ellos como a sus familiares en Irán en el caso de que no obedecieran las directrices que les daban.

La dimensión de la organización ha requerido la colaboración internacional de la agencia británica RALON, cuyas informaciones, junto a las investigaciones realizadas por agentes españoles, llevaron a la Policía a determinar que la red, que llevaba operando más de dos años, estaba perfectamente estructurada, con funciones claramente delimitadas para cada uno de sus miembros.

Para su perfecto funcionamiento, la organización se dividía en dos subestructuras: una se encargaba de la logística y otra de la financiación. La subestructura de logística controlaba todos los movimientos de los inmigrantes traficados e incluía el aparato de falsificación, establecido en Atenas, que se encargaba de aportar los documentos necesarios para que aquéllos pudieran llegar a Reino Unido.

La de financiación, por su parte, aportaba al grupo criminal liquidez para mantener la logística, realizando pagos en efectivo cuando era necesario y proporcionaba cobertura legal a movimientos ilícitos de dinero entre Irán y España.

La organización contaba además, con la colaboración de una empresa legal de importación-exportación entre ambos países, donde los traficados ingresaban el dinero en Irán que luego era desembolsado en España por el principal responsable de dicha empresa, quien, a pesar de encontrarse en situación ilegal en nuestro país, no ocultaba su alto estatus económico, viviendo en una zona residencial de Madrid o conduciendo un coche de alta gama.

Seis miembros de la organización han sido arrestados en Madrid y uno más en Fuengirola (Málaga). Para completar las investigaciones la Policía Nacional ha realizado también registros en Madrid y Fuengirola (Málaga) en los que se han intervenido 100.000 euros en efectivo escondidos en maletas con doble fondo y cajas fuertes.

También se ha incautado documentación relacionada con la organización que está siendo analizada por expertos policiales, además de 47 pasaportes falsificados de distintos países europeos principalmente de Francia, Grecia y Reino Unido, vehículos de alta gama, soportes informáticos y teléfonos móviles.