Botella preside el homenaje anual madrileño a las Víctimas del Holocausto

  • La regidora ha acudido hoy junto con el Gran Rabino de España, Moisés Bendahan
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El monumento del parque madrileño Juan Carlos I en memoria de las Víctimas del Holocausto judío, levantado en 2007, "va más allá de ser una simple condena del exterminio nazi en Europa", es "una llamada a la conciencia de todos y cada uno de nosotros", ha dicho hoy la alcaldesa madrileña, Ana Botella.

La regidora ha acudido hoy junto con el Gran Rabino de España, Moisés Bendahan; el ministro consejero de la Embajada israelí, Oren Bar-El, o el presidente de la Federación de Comunidades Judías, Isaac Querub, a recordar el Holocausto, como cada año, en el Jardín de las Tres Culturas, del parque Juan Carlos I, lugar que simboliza la convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos en España.

La alcaldesa Botella ha asegurado que se trata de un recuerdo "a quienes padecieron el intento de destrucción de los valores que nos hacen verdaderamente humanos, la dignidad, la libertad y el respeto a la persona con independencia de cuales sean sus opiniones y creencias".

Las víctimas del totalitarismo nazi fueron "víctimas de la deshumanización", ha dicho la alcaldesa al recordar al escritor Primo Levy quien lo ilustró perfectamente en su obra Si esto es un hombre.

"Lo primero era tratar a los judíos como si no fueran hombres, cosificar a la víctima para que diera igual lo que se hiciera con ella", motivo por el cual, ha dicho Botella, "es tan importante el respeto a la dignidad humana, eso es lo que nos hace civilizados. La alternativa es la barbarie".

La regidora madrileña ha destacado la "nobleza" de las personas que, "dentro de esa barbarie", no miraron "para otro lado" y salvaron de la muerte a muchos judíos, ejemplos a seguir -ha dicho-, como los diplomáticos españoles Ángel Sánz-Briz, llamado "el ángel de Budapest", y su predecesor Miguel Ángel de Muguiro.

Botella ha expresado su deseo de honrar la memoria de estos embajadores "como ejemplo de humanidad, de grandeza y de resistencia ante la barbarie", así como la de Juan Schwartz Díaz-Flores, en Viena; José Rojas Moreno, en Bucarest; Sebastián Romero Radigales, en Atenas; José Ruiz Santaella, en Berlín, o Juan Palencia Tubau, en Sofía.

La alcaldesa ha añadido que "la memoria es imprescindible para no caer en errores conocidos" y ha agregado que el Holocausto "se alzará siempre como una lección imborrable sobre el riesgo de ceder un solo paso ante los fanáticos, los intolerantes y los violentos".

Ese peligro, ha asegurado, lo constituyen "las nuevas expresiones del antisemitismo que propagan los enemigos de la libertad", expresiones que, en su opinión, se encarnan en la "persecución contra la nación de Israel y contra todo cuanto significa como Estado de Derecho, libre y democrático".

En marzo pasado, la alcaldesa anunció que propondrá asignar el nombre de una calle madrileña a Sánz-Briz, quien fuera embajador de España en Hungría, y conocido como el 'Ángel de Budapest' en reconocimiento a su acción de salvar a 5.200 judíos de Hungría del Holocausto nazi en 1944.

El monumento en memoria de las Víctimas del Holocausto, una escultura construida con acero y traviesas de madera de ferrocarril, obra del artista Samuel Nahon y el arquitecto Alberto Stisin, que representa el terror de los trenes de la muerte que trasladaban a los prisioneros a los campos de concentración, fue inaugurado por el antecesor de Botella, Alberto Ruiz-Gallardón, en abril de 2007.