ARCO supera con buena nota su edición más crítica

  • Cuatro obras censuradas por el gobierno de Putin se exponen en ARCO'11

El objetivo de una feria internacional de arte contemporáneo es vender y dar a conocer a sus artistas y eso es lo que han hecho las galerías que han participado en ARCO, que ha superado con buena nota una de sus ediciones más críticas con un aumento importante de ventas.

La situación económica y los desencuentros que se produjeron el pasado año entre los organizadores, el Instituto Ferial de Madrid (IFEMA) y los galeristas hacían que esta trigésima edición fuera un punto de inflexión en la trayectoria de ARCO de la mano de su nuevo director, Carlos Urroz.

Pocas horas antes de que se cierren su puertas, Urroz cree que se ha conseguido "un balance positivo, se ha vendido más que el año pasado, se ha contactado con comisarios internacionales y se han dado a conocer artistas".

De esta primera experiencia como responsable de la feria, Urroz ha podido comprobar "que las líneas que se han tomado este año han funcionado y el año que viene habrá que mejorarlas y desarrollarlas".

Estas líneas van dirigidas "a una feria más pequeña orientada a un perfil de galerías que trabajan en promocionar y dar a conocer artistas interesantes", declaró a Efe el director, quien destacó también la importancia que han tenido los encuentros internacionales celebrados durante la feria.

Coleccionistas, galeristas y público, con más de 150.000 visitantes, se han unido para apoyar "una feria muy querida por todos", en opinión de la galerista Soledad Lorenzo, una de las veteranas de la cita y miembro del Comité Organizador del certamen.

"Por lo que yo he podido hablar, todos están muy satisfechos con el desarrollo de la feria. A mí, personalmente, me ha ido bien pero lo importante es la feria, que la gente esté contenta", dijo Lorenzo.

Desde antes de que comenzara, la galerista estaba segura de que iba a ser una buena edición y que la gente iba a comprar."Es importante que la gente compruebe que ARCO puede ocupar un lugar importante dentro las ferias".

Aunque su pieza estrella- "Madrid desde Torres Blancas" de Antonio López- no se ha vendido, "lo que tampoco nos importa porque no tenemos un interés especial en hacerlo", los responsables de la galería Marlborough confirmaron que en los dos primeros días de la feria, los dedicados a profesionales, vendieron la mayor parte de las piezas.

"Nos ha ido fenomenal, hemos vendido mucho. Han sido muchos los coleccionistas que se han interesado por nuestras obras y, aunque hemos vendido más a españoles, también lo hemos hecho a gente de fuera", añadieron en la galería.

En términos similares se expresó Álvaro Alcázar, para quien ha sido una edición "mucho mejor" de lo que esperaba "en un año complicado. Creo que ha sido una feria positiva", comentó a Efe el galerista.

Leandro Navarro no ha querido desvelar si ha vendido sus obras estrella, entre ellas cuadros de Morandi o de Picasso, pero sí ha mostrado su satisfacción por la cantidad de coleccionistas extranjeros que se han acercado a su galería.

"Creo que hemos tenido unos resultados correctos para los tiempos que corren. No buscamos sólo la inmediatez sino que los grandes coleccionistas sepan dónde pueden encontrar determinadas obras", explicó.

En cuanto a los coleccionistas españoles, Leandro Navarro consideró que "son muy importantes y son fieles a la cita de ARCO. Se ha hecho un buen trabajo que tiene que ir a más".

A los pocos minutos de comenzar la presente edición, Helga de Alvear ya había vendido varias piezas y lo ha seguido haciendo durante el desarrollo de la feria, al igual que Juana de Aizpuru, que ha tenido en Carmela García y en Dora García dos de sus artistas con más éxito.

La presencia de Rusia en ARCO, únicamente con ocho galerías y con representación de instituciones, también ha tenido resultados positivos y, además de acercar y de dar a conocer a muchos de sus artistas, las ventas han sido altas, como ha ocurrido con las creaciones audiovisuales de Marina Alexeeva, en la galería Marina Gisich, y que han sido un éxito absoluto en la feria, al igual que las obras de los artistas Chernyshev & Shulgin, vendidas en XL Gallery.

"La experiencia de Rusia ha sido bastante buena. Las galerías nos han comentado que tienen intención de volver y además se han dado a conocer artistas muy buenos que nunca habían tenido la oportunidad de mostrarse en España", comentó Urroz, quien reconoció que la atmósfera de optimismo que se ha vivido pone de manifiesto la recuperación de la confianza del mercado.

Cuatro obras censuradas por el gobierno de Putin se exponen en ARCO'11

Escándalo y polémica definen a las cuatro obras tituladas "Radical Abstractionism" (Abstraccionismo radical) del artista exiliado ruso Avdey Ter-Oganyan que la galería moscovita M & J Guelman ha mostrado pero no pone a la venta en los cinco días de la feria internacional de arte contemporáneo ARCO en Madrid.

Ter-Oganyan es un artista que vive como refugiado político en Praga desde 2002 y cuya obra no ha sido del gusto del gobierno que dirige Vladimir Putin, ex presidente de Rusia y ahora primer ministro.

En el pasado, el artista hizo frente en los juzgados a la Iglesia Ortodoxa rusa por sus "performances" y ahora el Gobierno ruso ha tratado de bloquear su carrera impidiendo recientemente la muestra de estas mismas cuatro obras en el Museo de Louvre de París.

El ministro de Cultura ruso, Alexander Avdeyev, perdió la batalla para que "Radical Abstractionism", en el marco del Año Francia-Rusia 2010, no se expusiera en la reconocida pinacoteca del 14 de octubre de 2010 al 24 de enero de 2011, dijo a Efe Anja Luneva, miembro de M & J Guelman Gallery.

El Louvre se posicionó y exhibió esas cuatro obras de Avdey Ter-Oganyan en la muestra "Contrepoint: l'art contemporain russe, de l'icône à l'avant-garde en passant par le musée" (Contrapunto: el arte ruso, del icono a la vanguardia pasando por el museo).

La tesis de la pinacoteca con esa exposición era "mostrar un panorama del arte ruso contemporáneo a través de varias generaciones de artistas vivos que trabajan con soportes muy variados", según la web del Louvre.

A pesar de ese hecho, la censura del Gobierno ruso contra esas cuatro obras sigue existiendo, de ahí que la galería no venda y tan sólo exhiba en un rincón de su 'stand' en ARCO'11 una de ellas y las tres restantes se encuentren colgadas en el interior de una pequeña habitación cerrada al público que alberga su expositor.

La razón de que la serie "Radical Abstractionism" creada por Avdey Ter-Oganyan (Rostov-on-Don, 1961) en 2004 -según la galería- no estén a la venta en ARCO'11 es porque le falta un sello oficial con el que el Gobierno ruso valida las obras de arte.

"Radical Abstractionism" es "una parodia de las abstracciones geométricas de los artistas constructivistas rusos", según el catálogo de "Contrepoint: l'art contemporain russe".

Estéticamente, las cuatro obras reproducidas en un lienzo de 150 x 100 centímetros y en edición de ocho copias, tienen dos partes.

En el margen superior hay un cuadro de estilo constructivista y debajo un breve texto en ruso con discursos que son "políticamente incorrectos, que nos informan que esas obras comenten actos proscritos por el código penal ruso", indica el libro.

Un ejemplo de ello es la leyenda: "Este trabajo busca el cambio forzoso del sistema constitucional de Rusia" que se puede leer en el único cuadro que exhibe en su 'stand' la galería rusa que se declara "independiente" en asuntos de Chechenia, del presidente de la República Rusa y de la Iglesia Ortodoxa, según su web.

Una forma habitual de saltarse los filtros de la Administración rusa ha sido que las cuatro copias de la serie "Radical Abstractionism" que M & J Guelman Gallery ha traído a ARCO'11 fueron impresas el año pasado en París, corroboró.

En cambio de forma inaudita las cuatro copias que exhibió el Museo de Louvre fueron impresas en Moscú por petición del artista, confirmó Luneva, representante de esta galería clave en el panorama artístico desde la Rusia postsoviética.