La presidenta regional, Esperanza Aguirre, ha dicho que si el Gobierno central acometiese las reformas laborales necesarias, la Comunidad podría trabajar "a pleno rendimiento para sacar a España de la profunda crisis económica" que sufre. Esperanza Aguirre se ha pronunciado así en la inauguración del "III Congreso Internacional de Excelencia: Liderando la transformación empresarial en un entorno business friendly", que pretende proporcionar a las empresas algunas claves para volver a la senda del crecimiento económico.
En su intervención, la presidenta ha apuntado que la política económica desarrollada por su Ejecutivo ha significado que una de cuatro empresas creadas en España elijan la región para instalarse, y que el 60 por ciento de la inversión extranjera recibida en el país en los últimos diez años se concentre en la Comunidad. Estos logros se han alcanzado -ha continuado- al combinar el talento, el tesón y el trabajo duro con políticas económicas dirigidas a la creación de empleo, riqueza y competitividad.
Ha añadido que la Comunidad sigue esta práctica "dentro de sus competencias", aunque ha precisado que si la política madrileña estuviese acompañada de las reformas laborales necesarias, Madrid trabajaría "a pleno rendimiento para sacar a España de la profunda crisis" que padece.
La presidenta madrileña también ha recomendado "abrazar la austeridad" y no subir impuestos, porque "no es lógico ni ético que los gobiernos se endeuden mientras los ciudadanos y las empresas se aprietan el cinturón sin poder pedir créditos".
Según Aguirre, esta política ha significado que Madrid sea la única región que no ha tenido que presentar un Plan de Saneamiento Financiero y ha permitido ahorrar a las empresas de la región unos 12.000 millones de euros por la reducción de impuestos que ha impulsado.
Acompañada por el ex presidente de Endesa Manuel Pizarro; por el consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta; y por representantes del ámbito económico y financiero, ha proclamado que la implantación de una política basada en la austeridad y en el apoyo al tejido productivo ha permitido que Madrid sea una comunidad "business friendly", eso es, "abierta a todo y a todos".
