Una masiva marcha reclama la vigencia del matrimonio gay

  • "Este año no desfilamos, nos manifestamos"

Una multitudinaria manifestación ha recorrido esta tarde el centro de Madrid para reivindicar la vigencia del matrimonio homosexual, "igualitario", como lo han definido los convocantes, y que no se dé ni un paso atrás en la consecución de los derechos adquiridos en los últimos años.

La marcha, convocada por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y el colectivo LGTB de Madrid, ha comenzado pasadas las 18.00 horas, con el estruendo de un gran traca, como suele ser habitual, en la Puerta de Alcalá, ha transitado por la Gran Vía y ha concluido en la Plaza de España.

"Amarse entre iguales no es tan diferente", "Vamos de culo, por fin con orgullo", "Estado laico igualitario", "Homofobia es machismo" son algunas de las pancartas que han exhibido los asistentes, muchos de los cuales portaban también banderas con el arco iris, símbolo mundial del orgullo gay.

Los asistentes también llevaban pancartas en las que se hacía alusión al recurso de inconstitucionalidad que interpuso el PP ante el Tribunal Constitucional (TC) con la ley aprobada por el Gobierno socialista en 2005.

Los populares presentaron un recurso ante el Constitucional -sobre el que todavía no hay pronunciamiento- por entender que no se debe llamar matrimonio a las uniones de hecho entre homosexuales.

Algunos dirigentes políticos, como la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, o la líder de UPyD, Rosa Díez, y sindicales, como Cándido Méndez (UGT) o Ignacio Fernández Toxo (CCOO) se han sumado a la cabeza de la marcha, que se ha desarrollado sin incidentes y en un ambiente festivo y multicolor.

En declaraciones a los periodistas, la vicesecretaria general del PSOE ha pedido al PP que retire lo que ha definido como "el recurso de la vergüenza" contra el "matrimonio igualitario", tras insistir en que "no hace daño a nadie".

"Estamos aquí para reclamar el respeto, la dignidad y la libertad de todas las personas para que sean libres de decidir con quién duermen, con quién viven y con quién se casan", ha dicho la número dos del PSOE.

En este sentido se ha pronunciado la líder de UPyD, Rosa Díez, quién también se ha sumado a esta jornada festiva del orgullo gay con la intención de apoyar y defender la igualdad y libertad de todas las personas "sin prejuicios y sin complejos".

"Por eso estoy aquí, para defender lo que he defendido toda mi vida: la libertad y la igualdad", ha apostillado Díez, antes de añadir que eso es una asignatura pendiente de la democracia.

Los líderes sindicales Méndez y Toxo han exigido al PP que retire el recurso de inconstitucionalidad.

Al término de la marcha, los portavoces de las asociaciones convocantes han leído un manifiesto en el que advierten al Gobierno que no van a permitir "ni un paso atrás" en los derechos adquiridos y piden al Tribunal Constitucional que dicte ya una sentencia que les permita seguir con sus vidas en paz.

"No puede retrasarse por más tiempo la sentencia del Tribunal Constitucional. La exigimos ya!", rezaba el texto, en el que se denunciaba también que "estamos asistiendo a un grave ataque contra los derechos sociales de la ciudadanía".

"Quieren acabar con todo lo que hemos conseguido", advierten los organizadores en el escrito, que insisten en que no se puede permitir este retroceso que quiere acabar con los derechos de las personas trabajadoras.

Tras señalar que España ha pasado de abanderar los derechos civiles de la ciudadanía a ser un país en el que "los derechos se pisotean", sostienen que el nivel de democracia de los Estados "se reconoce por los avances que se realizan en los derechos humanos".

"Un país que se tiene por democrático no puede nunca, nunca, dar un paso atrás en la defensa y consecución de los derechos, en el camino a la igualdad", añade el escrito.

"ESTE AÑO NO DESFILAMOS, NOS MANIFESTAMOS"

La marcha del Orgullo Gay ha vuelto a convertir las calles del centro de Madrid en una fiesta de colorido y ritmo, pero este año los asistentes, como Antonio, han echado mano del megáfono para gritar más alto: "No desfilamos, nos manifestamos" para reivindicar que "somos iguales en todo".

Eso lo ha dicho Antonio, pero lo han proclamado muchas de las miles de personas que han participado en esta marcha que ha comenzado a andar, como es habitual, tras el sonido de una gran traca y las declaraciones de políticos y sindicalistas, que este año se han volcado en la defensa del matrimonio homosexual y en las críticas al recurso del PP contra la ley que lo regula.

"Mucha gente asocia el orgullo con un desfile, pero antes hay una manifestación", insiste Antonio, quien asegura que la marcha "es un complemento para la reivindicación".

La voz de este joven se escucha con dificultad, porque en esta marcha han sonado mucho los tambores de numerosas bandas procedentes de distintos lugares de España, que han hecho menear el cuerpo a participantes y a curiosos que se han acercado para ver "este espectáculo".

"Es un espectáculo y no lo digo en sentido peyorativo. Vengo desde hace años. Soy amateur en esto de la fotografía y cada año veo cómo ha evolucionado este movimiento", comenta Manolo, mientras hace una instantánea a otro chico, Miguel, de 38 años, que por primera vez se ha querido disfrazar de un ángel con grandes alas.

"Me está aburriendo esto de las cámaras. Todo el mundo haciendo fotos, pero me imagino que me fotografiarán porque estoy bueno", se ríe este joven, que asegura que le ha "liado" un amigo para disfrazarse, aunque, eso sí, si era algo distinto a marinero o militar, que "está muy visto".

No obstante, Miguel viene hace doce años a la marcha y cada vez ve que es "más grande, que ya no es una fiesta de gays". "Esta demasiado masificado", añade.

Pero eso no lo cree, por ejemplo, Dori, que asiste con su mujer desde Almería a esta celebración: "Nos gusta el buen ambiente, el buen rollo que domina. No hay nunca ninguna pelea. El año pasado vinimos seis y este ya nueve. El boca a boca trae a gente, y además con nosotros no van a poder".

La pareja de Dori, mientras tanto, intenta captar la imagen de una joven rubia, vestida de novia, de la asociación Respeta, de Alcorcón (Madrid), en defensa de la igualdad.

"Cada uno se casa con quien quiere y no hay que poner nombre a las cosas. No tiene que ser tan importante", dice esta joven llamada Maca.

Mientras habla, prosiguen pasando pancartas reivindicativas con los lemas "Iguales en todo como Dios manda", "Iglesia embargada, España rescatada", "Amarse entre iguales no es tan diferente", "Matrimonio igualitario y constitucional" o "Un recurso amenaza nuestra vida".

El calor y el sol comienzan a apretar, y los "lateros" hacen su agosto vendiendo cervezas a un euro, y las carrozas comienzan a circular por la calle Alcalá con un sonido discotequero y pegadizo que invita a bailar a sus ocupantes y a los miles de personas que les miran desde ambos lados de la calzada.

"Les saco fotos porque me parece todo muy bien. En mi país no existe esto, aunque se acepta la homosexualidad", comenta una chilena que no para de disparar su cámara cada vez que pasan hombres convertidos en sugerentes y monumentales mujeres.

Todo esto lo observa con admiración un hombre que ha estado en el arranque de la marcha, pendiente a sus primeros pasos y que prefiere guardar su nombre en el anonimato.

Un hombre, ya con sus años, y que me dice: "¡Fijate cómo está la calle. En el 79, éramos sesenta personas de Neptuno a Cibeles. Yo estoy casado".