La fiscalía pide 29 años de prisión para los acusados de matar a una azafata

  • Los acusados de matar a una azafata tras robarle su Porsche se declaran inocentes
  • La Policía halló multitud de huellas de los procesados en los vehículos robados

Los acusados del atropello mortal de una trabajadora de Iberia, quien falleció en septiembre de 2012 tras ser arrollada por su propio vehículo poco después de que fuera robado en el aeropuerto, han negado los hechos que se les imputan y han solicitado que se haga Justicia tras dos años en prisión preventiva por algo que no han cometido.

Moisés L. C. y Aarón L. C., de etnia gitana, se han sentado esta mañana en el banquillo de los acusados por tres delitos de robo con violencia, un delito de lesiones y un delito de homicidio. El fiscal solicita para cada uno de ellos una pena de veintinueve años de prisión.

La víctima, de 40 años, era una de las coordinadoras de Iberia. Esa madrugada, salía de trabajar en la zona de servicios de la T4 y fue embestida por el coche de los procesados, simulando haber sufrido un accidente de tráfico. Al bajar, fue arrollada por su propio coche, un Porsche Cayenne.

Uno de los procesados fue detenido el mismo día del homicidio, mientras que su hermano gemelo fue apresado dos meses después en Toledo. Cuando los agentes fueron a detener el primero, éste intentó atropellarlos con el quad que conducía.

En su declaración, Moisés L. ha explicado que la madrugada del 13 de septiembre de 2012 estuvo en su casa, junto a su familia y su hermano, y ha negado que participara en el robo de un Seat León, vehículo que habría sido utilizado posteriormente para cometer otro robo y embestir a la víctima mortal en el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez.

Ante las preguntas del fiscal acerca de por qué había huellas con su ADN o el de su hermano -al ser gemelos, tienen el mismo perfil genético- en el Seat León sustraído, éste ha contestado que un tal Juan 'El Peladillas', conocido de su barrio, le hizo un encargo para trasladar este coche fuera de Madrid, al igual que el Porsche que pertenecía a la azafata fallecida.

"Me dieron las llaves y 500 euros para sacarlo", ha señalado el acusado, a quien se ha inquirido sobre una mancha de sangre que apareció en los pantalones con los que fue detenido. "No sé de dónde habrá salido", ha dicho.

Por su parte, su hermano ha mantenido la misma versión y ha explicado que sus huellas se encontraron en el Seat León porque manipuló los documentos del coche, dado que a su hermano se le había encargado sacarlo de Madrid y quería saber a quien pertenecía.

También se le ha preguntado por qué sus huellas también aparecieron en una de las puertas del Porsche Cayenne, a lo que éste ha explicado que solo se acercó un momento cuando vio el coche aparcado cerca del colegio de su hija. No ha sabido contestar si este coche era el mismo que su hermano debía trasladar por encargo fuera de Madrid.

"Somos una familia honrada que se dedica a trabajar. No nos dedicamos a robar vehículos. Vivimos en un barrio con muchos delincuentes", ha aseverado. Acto seguido, ha denunciado que están viviendo una "injusticia" y que hay que tomar "cartas sobre el asunto".

Dos de las víctimas que fueron atacadas han relatado los hechos vividos y han recordado que todo se produjo por la noche, por lo que no pudieron ver el rostro de sus agresores.

HECHOS JUZGADOS

Según el fiscal, los dos procesados, sobre las 23:00 horas del 12 de septiembre de 2012, abordaron por la espalada en la calle Arroyo de la Media Legua, en Madrid, a un hombre y le propinaron un fuerte empujón, aprovechando su superioridad numérica.

Una vez que el hombre estuvo en el suelo, le arrebataron las llaves del su vehículo allí aparcado, marca Seat León, y, tras ponerlo en marcha, huyeron del lugar haciéndolo suyo con todos los efectos que había en su interior.

Hora y media después, sobre la 00:30 horas de la madrugada, ambos sujetos circulaban a bordo del coche sustraído por la Avenida de la Albufera del distrito de Vallecas cuando el conductor, Moisés, colisionó intencionada y levemente contra la parte posterior de otro coche que conducía una mujer, provocando que ésta se bajara del vehículo para comprobar los daños.

En ese momento, el procesado Aarón la abordó de forma violenta para arrebatarla el bolso que llevaba encima. Posteriormente, se subió de nuevo al coche que conducía Moisés y se dieron a la fuga con el bolso que contenía un importante número de efectos personales y de valor.

Por último, sobre las 06:40 horas de esa misma madrugada, los procesados conducían por la rotonda del aparcamiento para empleados del Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas cuando Moisés colisionó de nuevo intencionada y levemente contra la parte posterior de un vehículo marca Porsche Cayenne, que conducía su dueña.

Cuando ésta se apeó del vehículo para comprobar los desperfectos, fue abordada de forma violenta por los dos procesados para hacer suyo el coche de la mujer. Tras un forcejeo, finalmente Aarón consiguió subir a bordo del Porsche e inició la marcha atrás, mientras que la mujer se agarraba a la puerta del conductor tratando de evitar la sustracción del vehículo.

De esa forma, fue arrastrada colgando del coche sin que el procesado Moisés hiciera nada para desasirla a pesar de ver y asumir el peligro mortal que dicha situación entrañaba, pudiendo remediarla al encontrarse de pie y a solo unos metros del vehículo.

Por su parte, Aarón, siendo también perfectamente consciente de la situación y asumiendo el riesgo mortal que continuar la marcha suponía para la vida de la mujer, aceleró la marcha del vehículo.

Unos metros más adelante la mujer cayó al suelo y su cuerpo fue pisado por la rueda trasera izquierda del coche lo que le causó un politraumatismo especialmente severo en hemitórax izquierdo con extensa hemorragia lo que provocó su muerte inmediata. A continuación, los procesados se dieron a la fuga conduciendo cada uno un vehículo.