Ya se han extraído 39.500 toneladas de aceite de la laguna negra de Arganda

  • La Comunidad de Madrid destina 3,5 millones de euros para proseguir los trabajos de extracción y recuperación medioambiental
  • El objetivo de la Comunidad es alcanzar la completa restauración ambiental del entorno, incluida su biodiversidad

La Comunidad de Madrid ha destinado 3,5 millones de euros para proseguir la extracción de residuos en la laguna de los aceites, del Parque Regional del Sureste, en Arganda del Rey, una de las mayores recuperaciones ambientales realizadas en Europa en un espacio natural protegido. Esta mañana, el consejero madrileño de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Carlos Izquierdo, ha visitado la zona para conocer los avances logrados durante la primera fase de extracción de residuos, que desde 2015 ha extraído 39.500 toneladas de aceites industriales.

La balsa fue una gravera en la década de los años 70, hasta que en 1989 la empresa Aceites Ulibarri y Piqsa inició un vertido incontrolado de aceites usados, lo que acumuló un volumen de 50.000 metros cúbicos de residuos tóxicos y otros 70.000 metros cúbicos de suelos contaminados.

En 1995, la sociedad Aceites Ulibarri y Piqsa se disolvió y, debido a la legislación medioambiental de esa época, a los tres años, en 1998, quedó prescrito cualquier delito que pudiese haber cometido.

En 2009, la Comunidad adquirió la propiedad de la finca por 50.000 euros y se comprometió a limpiarla y restaurarla.

Esta mañana, el consejero Izquierdo ha informado de que en breve comenzará la siguiente fase de limpieza, que consiste en la extracción mecánica y valorización energética de los residuos de la parte más profunda de la laguna principal, y de la laguna Sureste, donde se estima que hay unas 20.000 toneladas de aceite.

La duración de la segunda fase de limpieza, ha explicado el consejero, será de tres años y comenzará con la construcción de una pantalla impermeabilizante de cemento-bentonita para rodear el perímetro de la laguna principal, lo que permitirá bombear el agua subterránea y trabajar en seco, evitando el riesgo de afección a las aguas del acuífero.

Esta segunda fase, dice la Comunidad de Madrid en una nota de prensa, "tendrá una mayor complejidad técnica, dado que el residuo de las partes más profundas de la laguna principal es más denso y viscoso. Una vez que esté evacuado, la laguna se irá rellenando con tierras y materiales limpios".

Según el Gobierno regional, por su carácter "altamente contaminante", los aceites son analizados en el momento de su extracción y trasladados a centros de gestión para su recuperación como combustible alternativo para la producción de cemento.

Durante la ejecución de los trabajos se ha llevado a cabo un exhaustivo seguimiento y control ambiental, fundamentalmente del agua, por medio de la red perimetral de sondeos de control que se ha ido construyendo desde que se inició la investigación de este emplazamiento.

Se da la circunstancia, dice la Comunidad, de que una dificultad añadida en la limpieza es la acidez extrema de los residuos, especialmente en los materiales semisólidos que rellenan la laguna del Sureste, y la dificultad de extracción por debajo del acuífero en la laguna principal, para evitar el riesgo de afección al agua.

El consejero Izquierdo ha señalado que el objetivo de la Comunidad es alcanzar la completa restauración ambiental del entorno, incluida su biodiversidad, ya que el Parque Regional del Sureste resulta especialmente atractivo para las aves.

El proyecto, que lidera la Consejería de Medio Ambiente, es ejecutado por la Empresa Pública de Transformación Agraria (TRAGSA) y ha contado con asesores científicos de la Universidad Politécnica de Madrid y del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).