La banda acusada de estafar a ancianos con libros falsos niega que existiera engaño

Los acusados de integrar una presunta banda dedicada a estafar a ancianos con la venta falsa de libros han negado los hechos que se le imputan y han asegurado que no existe engaño, dado que se seguían los protocolos determinados para la venta del producto, negando la existencia de una organización.

Daniel A.L, Juan Miguel M.R., Diego M.C., Jesús C.T., Juan Antonio E.L., Jorge C. D y Cristian L.P. se han sentado en el banquillo de los acusados por los delitos de estafa continuada y estafa en grado de tentativa. El Ministerio Fiscal solicita para Daniel, Cristian, Diego, Jesús y Juan Miguel seis años de cárcel, y para Jorge, Juan Miguel y Juan Antonio once meses de cárcel.

Al inicio de la vista, una de las abogadas defensoras ha destacado que para que sea una estafa tiene que existir engaño, "extremo que no se ha dado en ningún momento". "Ese requisito del tipo penal no existe", ha aseverado. "A la mujer se le exhibió el producto y ella decide adquirirlo. Se le entregó la mercancía y hubo una contraprestación económica. No existió el engaño porque se siguieron los protocolos de ventas", ha insistido.

En el juicio, los acusados se han mostrado contrarios a las acusaciones que les imputa el representante del Ministerio Fiscal, negando la existencia de una supuesta banda. Además, han manifestado que informaron a la afectada del producto, decidiendo seguir hasta el final con la venta.

HECHOS JUZGADOS

Según el fiscal, los procesados convencieron a una señora de 78 años de edad en el momento de los hechos, años 2013 y 2014, de que comprara libros de la editorial de uno de los acusados, diciéndole que eran muy valiosos y que ganaría dinero con ellos cuando salieran a subasta, por importe de cien mil euros.

Los títulos de los libros son, en algunos casos 'El médico en el hogar' (ocho volúmenes), 'Iglesias de España' (dos volúmenes), 'Patrimonio Mundial de la Humanidad' (siete volúmenes) o 'El hombre y el mar' (seis volúmenes), entre muchos otros de idénticas características.

Desde estas primeras compras, y una vez granjeada la confianza, los procesados la embaucaron para que siguiera realizando compras, entregándole diversas facturas de editoriales que confeccionaban ellos mismos bajo una apariencia real, por lo que empezó a recibir en su domicilio cajas con libros que nunca solicitó, exigiéndole los acusados el pago inmediato, que la víctima abonaba en efectivo, por talón bancario o pago con tarjeta o transferencia bancaria.

En una ocasión, dos de los procesados, Jorge y Juan Miguel, aprovechándose de las circunstancias personales de la mujer, hizo una venta por importe de 39.150 euros, por la que percibió tres cheques. Cuando fueron al banco a cobrarlos y no poder hacerlo por carecer de fondos, Juan Miguel se presentó en casa de la víctima con la excusa de entregar un paquete de libros y diciendo que prestaba servicios para una empresa de construcción le entregó un presupuesto para la realización de reformas por la cantidad de 39.150 euros.

Lo hizo sin que la víctima hubiera solicitado obras en su domicilio que nunca se realizaron, comunicándole que el abono era para la cancelación anticipada de un contrato de adquisición de libros. La víctima lo firmó en la creencia de que era para el cierre de los expedientes de los libros.