Usera se convierte en el Chinatown madrileño

Cualquiera podría pensar, a juzgar por la imagen, que hemos viajado a China. Pero no. Ni es el país asiático ni ocurre a 12.000 kilómetros de distancia. Es el barrio de Usera en Madrid.

No hablan español. En realidad, no lo necesitan. Paseamos por Usera cámara en mano sin más intención que la de ver. Enseguida descubrimos una pequeña ciudad con su propio idioma, el chino, y su particular red de comercios y servicios.

Negocios de chinos solo para chinos que van más allá de la hostelería. Supermercados con productos de importación, peluquerías, tiendas de moda, inmobiliarias, parafarmacias e, incluso, un centro médico exclusivo para chinos.

Esta es la calle Nicolás Sánchez. Aquí ocho de cada diez comercios son propiedad de ciudadanos chinos. El resto, sobrevive. Gran parte de estos inmigrantes llegó a Usera a finales de los años 90. Hoy hay más de 7.000 chinos censados en este distrito sur.

Nuestra presencia les incomoda. El escaso dominio del idioma les pone en alerta. Los letreros en chino, la prensa en chino, la televisión estatal china en los bares y las paredes empapeladas con anuncios en chino.

Cae la noche. Es viernes. También tienen lugares de ocio sólo para ellos. Billares, karaokes y un casino -el primero en Madrid- donde solo se habla chino. Así crece y crece el Chinatown madrileño.