La Policía confirma huellas de la acusada del 'Beso del Sueño' en el domicilio de otro fallecido

  • La Fiscalía reabrirá el caso ante la aparición de nuevas pruebas contra la procesada

Una Inspectora del Cuerpo Nacional de Policía ha confirmado que las huellas dactilares de la acusada de emplear el método del 'Beso del Suelo' para robar a sus ligues se encontraron en el domicilio de una persona fallecida en similares circunstancias a las de otra de sus víctimas muerta a causa de la ingesta del preparado de narcóticos que ésta les disolvía en copas de alcohol. Así lo ha manifestado una de las responsables de la investigación que desembocó en la detención de la ecuatoriana Verónica Elisabeth P.M, quien se sienta en el banquillo de los acusados por un delito de homicidio, otro en grado de tentativa y robo con violencia. La mujer, de 35 años, se enfrenta a 33 años de cárcel.

SEGUNDA SESIÓN

En la segunda sesión del juicio, una de las responsables de la denominada operación 'Beso del Sueño' ha relatado que las huellas de la procesada se encontraron en una botella de ron hallada en el domicilio de Jesús Cifuentes, cuyo cadáver apareció el 22 de abril de 2007 en su piso de Chamartín.

El caso se este crimen se archivó porque el cuerpo fue incinerado y no se le pudieron practicar las pruebas toxicológicas para determinar la presencia de clonacepam y doximalina, sustancias que deprimen el sistema nervioso y provocan un fracaso respiratorio agudo.Con motivos de las pesquisas realizadas el pasado año, la Fiscalía de Madrid ha decidido reabrir el caso con motivo de la aparición de indicios de delito contra Verónica Elisabeth. Además, la Policía la relaciona con cerca de 50 casos similares.

Otro de los encargados de dirigir la investigación ha relatado que el 'modus operandi' de la procesada consistía en acudir a locales de alterne, con su imagen transformada a base de peluca, maquillaje y ropa "muy ajustada', y entablar contacto con hombres mayores. En sus domicilios, disolvía en las copas de alcohol sustancias narcóticas para dormirles y procedía a robar los objetos de valor que encontrase.

SIN INTENCION DE MATAR

En la sesión de ayer, la mujer reconoció que empleaba el método del 'Beso del Sueño' para robar a sus víctimas en sus domicilios, si bien aseguró que "nunca" tuvo intención de matar a ninguna de ellas. "Eran pastillas simplemente para dormir", manifestó la procesada con semblante tranquilo y fría en sus respuestas. Así, relató que engatusaba en locales de ambiente a hombres mayores para mantener relaciones, haciéndose pasar por prostituta. En sus domicilios, disolvía en las copas clonacepam y doximalina para dormirles, procediendo a robar objetos de valor.

La acusada no tuvo más remedio que reconocer de forma parcial los hechos, puesto que las cámaras de vigilancia instaladas en casa de una de sus víctimas captó su imagen. Durante el visionado del vídeo, la mujer ha reconocido ser la persona que aparece en las imágenes grabadas.

Durante su declaración, la procesada contó que preparaba bolsitas con clonacepam y dormidina para consumo propio con la idea de contrarrestar los nervios que le ocasionaba el consumo de cocaína. Según su relato, estos preparados se los suministraba a hombres para robarles en sus domicilios cuando accedían a mantener encuentros sexuales.

"Mi intención no fue nunca matarlos. Era sólo robar", subrayó la acusada, quien indicó que no era consciente de que estos preparados podrían causar la muerte porque ella los consumía. Además, ha asegurado que no supo que una de sus víctimas murió hasta días más tarde.

Frente a su versión, una de la amigas de la procesada reveló al tribunal que ésta le confesó que sospechaba de que uno de los hombres podría haber muerto por una sobredosis. Según la testigo, ésta le ofreció participar del negocio y le comentó que había narcotizado a cerca de cincuenta hombres empleando el método del 'beso del Sueño'.

HECHOS

Según el fiscal, el 13 de marzo de 2009, contactó en una sala de fiestas con Juan Gil Rodríguez. Haciéndose pasar por prostituta le acompañó a su domicilio y vertió en una copa clonacepam y doximalina, sustancias que deprimen el sistema nervioso y provocan un fracaso respiratorio agudo. Nada más beber la copa, Juan Gil Rodríguez quedó sin sentido, sufrió un edema agudo de pulmón y falleció.

La acusada aprovechó para registrar la vivienda y sustraer diferentes objetos, entre ellos, un teléfono móvil, un ordenador portátil, una cámara de fotos, una videoconsola, anillos, pulseras, collares y cadenas de oro y cerca de 10.000 euros en metálico. Algunos de los objetos sustraídos fueron encontrados en la vivienda de la procesada.

Otro de los casos se produjo el 1 de mayo de ese mismo año, cuando la acusada, bajo nombre falso, contactó con otra víctima, Isidoro Mariano R.L. De idéntica manera, y a sabiendas de que muy probablemente la ingesta de clonazepam y doximalina iba a provocarle la muerte, le sirvió a Isidoro una copa de g~isqui que contenía estas sustancias químicas.

Según el escrito de acusación, si Isidoro no falleció fue gracias al tratamiento médico que recibió, ya que cuando le encontraron los servicios sanitarios sufría una severa crisis cardiaca y respiratoria.

También en esta ocasión la acusada registró y vació la vivienda de su víctima de los objetos de valor: relojes de marca, cámara de vídeo, cadenas y colgantes de oro, sortijas, teléfonos móviles, etc.

En el momento de la detención, que tuvo lugar el 29 de mayo de 2009, se le intervinieron las sustancias que suministraba a las víctimas y efectos procedentes de los robos.