Instituciones Penitenciarias conocía desde 2007 las relaciones íntimas entre empleados y presas en Meco

Una funcionaria del centro penitenciario de Alcalá-Meco remitió en abril de 2007 una carta a la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, en la que advertía de la habitualidad de las relaciones íntimas entre empleados de la prisión y presas internas en los diferentes módulos. "Yo no voy a trabajar a una casa de putas". Así de rotunda se ha manifestado la funcionaria al término de su testifical en el juicio que se celebra contra uno de los jefes de mantenimiento de la cárcel y otra interna por un delito de abusos sexuales y amenazas que habrían cometido contra una reclusa, a quien prometieron un puesto de trabajo en el economato a cambio de mantener una relación íntima.

El procesado, José María L.C., se enfrenta a nueve años y seis meses de cárcel por un delito de negociaciones y actividades prohibidas a funcionarios y abuso sexual, mientras que Eva María M.V. afronta una pena de siete años por abuso sexual y amenazas. El juicio proseguirá el próximo 13 de octubre.

UN ROLLITO SEXUAL

En la sesión, la víctima ha relatado que el acusado le ofreció un trabajo remunerado a cambio de "un rollito sexual". "Me daba un destino siempre y cuando tuviera un rollito con él", ha manifestado la afectada, quien ha reconocido que aceptó la proposición por necesidad económica.

"Me dijo: *quieres trabajar?, pues adelante. Entré en el economato. Ella le desabrochó los pantalones y empezaron a mantener un contacto. Luego me dijo que participara, y se quedó vigilando para que nadie entrara", ha narrado la agredida, añadiendo que la procesada comenzó a amenazarla después de que se negara a mantener más contactos sexuales .

Acto seguido, ha señalado que tardó en denunciar los hechos por verg~enza, puesto que se prestó a dicha coacción. La denuncia se interpuso a instancias de una funcionaria de Meco que la recomendó contar lo sucedido para que los hechos no quedaran impunes, "unos hechos que eran habituales en el centro".

RELACIONES INTIMAS, "ALGO HABITUAL" EN MECO

En su testifical, dicha funcionaria ha revelado que las relaciones íntimas entre empleados y presas era "algo habitual" en la prisión de Alcalá-Meco. De hecho, ha contado que en 2007 remitió una carta a Gallizo en la que le advertía de estos hechos, los cuales estaban siendo ignorados por la dirección del penitenciario.

Asimismo, pidió a la Secretaría de Estado de Interior que abriera una información para investigar lo que estaba sucediendo. "Nunca hubo respuesta", ha aseverado la mujer a la salida del juicio, donde también ha manifestado que no le sorprendió que el pasado abril se procediera a la destitución de la cúpula de Meco por presuntos favores sexuales entre presas y funcionarios. "Yo no voy a trabajar a una casa de putas", ha denunciado la uncionaria y ha añadido que las relaciones entre empleados y presas "no eran un rumor, sino un ruido en el que era difícil meter mano". "Eran casos sabidos. Yo sólo pretendo que se sepa la verdad", ha apostillado, a la que ha añadido que no tiene miedo a posibles represalias.

La testigo ha señalado que le empezaron a "hacer la vida difícil" después de que denunciara que una interna trató de agredirla con una navaja, que supuestamente hizo desaparecer el procesado. Estos hechos se incluyeron en la carta remitida a Gallizo al estar protagonizados por la misma persona que supuestamente abusó de la víctima.

Por su parte, el funcionario acusado ha tachado de "falso" los hechos que se le imputan. Según su versión, la víctima le abordó un día para pedirle un puesto de trabajo y éste le comentó que él no tenía la facultad de dar los destinos, indicándole que debía seguir el protocolo establecido por el centro para ello. "Hay que estar loco y anormal para que en un centro de 700 internos y 300 funcionarios se vaya detrás de una interna y no haya testigos", ha manifestado nervioso el encausado, quien mantiene en la actualidad su puesto de trabajo en el penitenciario madrileño.

De igual modo, la procesada ha negado que actuara de intermediaria entre el funcionario y la víctima. También se ha mostrado contraria a que fuera la autora de una carta en la que vertía amenazas a la víctima. Pese a ello, la prueba caligráfica que se le practicó certificó que su cuerpo de escritura coincidía con la letra de la misiva.

HECHOS

En el escrito de acusación, el fiscal relata que en octubre de 2005 ingresó en el centro Frida V.S., de nacionalidad mejicana. La víctima inició una relación de amistad con la procesada, a quien comentó que tenía interés en obtener un puesto de trabajo remunerado para mandar dinero a sus hijos.

Así, Eva María M.V. instó a Frida a mantener un encuentro sexual con José María, con quien se había puesto de común acuerdo para ser intermediaria para satisfacer sus instintos libidinosos.

Así, la víctima fue conducida al economato por la procesada y el acusado mantuvo relaciones con ella tras ofrecerle un puesto de trabajo, lo que finalmente no sucedió. El procesado volvió a requerir relaciones sexuales a la víctima pero ésta se negó y le pidió que la dejara tranquila.

El 27 de marzo de 2007, Frida recibió en su celda una nota en la que le amenazaba con producirse algún accidente si comentaba algo de lo ocurrido.