Desmantelado en Carabanchel un taller textil que explotaba a trabajadores chinos

  • En el inmueble vivían incluso los propietarios

La Policía Nacional ha desmantelado en Madrid un taller textil clandestino donde se explotaba a trabajadores chinos, que vivían en el inmueble en condiciones insalubres y hacinados en pequeños dormitorios.

El local, que disponía de 28 máquinas de coser, hilar y embotonar y dos centros de planchado, lo regentaba un empresario español que ha sido detenido, ha informado hoy la Jefatura Superior.

La investigación comenzó a raíz de unas informaciones relativas a la presunta contratación de ciudadanos de origen asiático que se encontraban en situación irregular en territorio nacional, para trabajar en un taller textil ubicado en el distrito de Carabanchel y regentado por un empresario español.

Fruto de las vigilancias efectuadas en torno al local, los agentes constataron que en él trabajaban ciudadanos de nacionalidad china, quienes se dedicaban a confeccionar toda clase de ropa para distintas firmas comerciales.

Igualmente, los investigadores verificaron que la actividad textil se desarrollaba en la planta baja de las tres que componían el inmueble y que los trabajadores nunca abandonaban el local.

De hecho, en numerosas ocasiones los agentes observaron a varias personas introduciendo grandes cantidades de comida, por lo que era altamente probable que los trabajadores habitaran en el propio inmueble y prolongaran de esta manera su jornada laboral.

Con esos indicios, los agentes procedieron a inspeccionar el negocio y en su interior se toparon con un taller textil en la planta baja del inmueble donde se ubicaban 28 máquinas de coser, hilar y embotonar y dos centros de planchado.

En la primera planta del edificio, a la que se accedía por una escalera interior, se hallaba el comedor, en condiciones insalubres, y los dormitorios de los trabajadores, hacinados en literas y habitáculos prefabricados.

Los investigadores identificaron a un total de once trabajadores, de los cuales tres de ellos se encontraban en situación irregular en territorio nacional, sin permiso para residir ni trabajar en España.

En el inmueble vivían incluso los propietarios, de tal forma que los trabajadores estaban mucho más controlados.

Con las gestiones posteriores se pudo constatar que desde el año 2000 figuraban 80 personas empadronadas en la citada vivienda.

La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo XII de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid y ha contado con la colaboración de la Inspección de Trabajo.