Continúa en la UVI la mujer de 69 años atacada por un enjambre de abejas

  • Experto advierte de la necesidad de vacunación a alérgicos a avispas y abejas
  • 17 enjambres han retirado los bomberos en los últimos días en la Comunidad de Madrid

Llega el calor, el buen tiempo y con él, las abejas que construyen sus enjambres. A veces, en sitios peligrosos para el ser humano. Este pasado fin de semana, un matrimonio ha tenido que ser atendido por los efectivos sanitarios. Recibieron varias picaduras de abeja cuando estaban dentro de su coche, en la localidad toledana de Mentrida. La mujer, de 69 años, continúa ingresada en la UVI del Hospital Virgen de la Salud de Toledo.

Bomberos de Madrid se desplazaron a las 16.51 de esta tarde a la localidad toledana tras recibir un aviso del 112 de Castilla-La Mancha alertándoles de que un enjambre de abejas había picado a una pareja de avanzada edad en el interior del coche. El equipo de Bomberos acudió al lugar para retirar el enjambre. El matrimonio tuvo que ser evacuado a un centro sanitario para recibir atención médica.

Esta no fue la única intervención que tuvieron que atender los bomberos de Madrid a consecuencia de las abejas. El 112 recibió otros 15 avisos de varios puntos de la Comunidad como Villanueva del Pardillo, Brunete, Galapagar y Alcalá de Henares, entre otros.

En estos casos, la labor de los bomberos consiste en localizar a la abeja reina y meterla dentro de un panal para que acuda el resto de las abejas. Posteriormente el panal se traslada al parque de Bomberos para que un apicultor lo retire por la noche. Este tipo de intervenciones es frecuente en esta época del año, aunque el número de avisos registrado este sábado fue bastante elevado, según el 112.

El jefe del Servicio de Alergología del Hospital de Toledo, Carlos Senent, ha subrayado la necesidad de que las personas que tengan una reacción sistémica ante una picadura de avispa o abeja sean tratadas, para evitar los riesgos, algunos muy graves, y porque la vacuna es eficaz en el 95% de los casos.

Con estos himenópteros (avispas o abejas) pueden darse dos casos: que haya múltiples picaduras -al parecer, el caso que ocurrió Méntrida- o que se trate de la reacción a una única picadura.

Cuando son muchas picaduras, los potentes venenos de los insectos pueden ser tóxicos a partir de 50 picaduras: se estima que en un niño a partir de 100 picaduras puede ser letal, y en un adulto a partir de 500. Este problema, no obstante, es poco frecuente.

El otro caso son las reacciones alérgicas por una única picadura, que puede ocasionar reacciones locales, más o menos intensas pero sin mayor riesgo y que pueden ser tratadas por el médico de Primaria, y reacciones sistémicas.

Estas reacciones sistémicas pueden ser, a su vez, leves (picor generalizado, enrojecimiento), moderadas (síntomas respiratorios, como tos y pitos en el pecho, y digestivos como diarrea y náuseas) y graves, que implican problemas cardíacos, shock anafiláctico e incluso la muerte. "Estas reacciones sistémicas son las más problemáticas y las que requieren un tratamiento especifico con vacunas antialérgicas", ha explicado el doctor Senent.

Se da la circunstancia de que la vacunación a esta patología es eficaz en el 95 % de los pacientes, que una vez vacunados o no sufren nuevas reacciones o son de menor intensidad.

En España hay dos tipos de avispas, la avispa llamada 'papelera' que habita más en las ciudades, en tejados, huecos y cerca de piscinas, y la avispa 'terrera', que hace nidos en el suelo y son las típicas que actúan, por ejemplo, cuando un tractor está arando.

En España, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, el 3 % de la población, aproximadamente, es alérgica al veneno de avispas y abejas. Los pacientes que hayan tenido reacciones graves, además, deben llevar su medicación de emergencia y saber cómo emplearla. Se trata de la adrenalina autoinyectable que es "muy fácil de usar y puede salvar la vida a un paciente", ha precisado.