La Comunidad pide la dimisión de Berzosa por los incidentes en la capilla de Somosaguas

  • 50 mujeres que se desnudaron en el altar portando fotos del Papa con la esvástiva

La Comunidad de Madrid ha pedido la dimisión del Rector de La Complutense, Carlos Berzosa, por los graves incidentes en la capilla del campus de Somosaguas. El asalto de 50 mujeres que se desnudaron en el altar portando fotos del Papa con la esvástiva, es según el consejero de Interior, Francisco Granados, constitutivo de delito.

El consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, ha pedido este martes al rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, que dimita de su cargo porque, en su opinión, la universidad "se le ha ido de las manos, no ahora, sino hace mucho tiempo".

Tras la inauguración de unas obras de remodelación en el casco urbano de Valdemorillo financiadas por el Plan Prisma, Granados ha manifestado que bajo la dirección de Berzosa la Complutense se ha convertido "en lo contrario de lo que debe ser, un lugar de reflexión y sosiego y un ámbito de libertad y tolerancia". "Pues todo eso se ha perdido con la universidad con este rector. Debería dimitir. `Ya está bien!", ha exclamado.

El consejero ha tachado de "incomprensible" que Berzosa "abra expedientes cuando se le insulte a él, pero no cuando se comete un delito contra la libertad religiosa", en referencia a la invasión de la capilla católica del campus de Somosaguas por parte de varias feministas la semana pasada.

"Cuando se ofende gravemente a las creencias más íntimas de una buena parte, la mayoritaria de la población española, el rector decide que no hay que abrir expediente. Se le ha ido la universidad de las manos. No creo que haya ningún alumno o padre que quiera que su hijo tenga que estudiar y prepararse para el futuro en un ambiente como el rector ha permitido que se cree en la Complutense. Demasiada política, ideología y muy poca educación preparación es lo que ha llevado a la Complutense y creo que es inaceptable", ha concluido Granados.

El Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) abrió ayer un expediente informativo sobre la irrupción, el pasado jueves, de unos 50 jóvenes en la capilla del campus de Somosaguas en cuyo interior, según el Arzobispado de Madrid, algunas chicas "se desnudaron de la cintura para arriba".

Según ha relatado el Arzobispado en un comunicado, el grupo, integrado en su mayoría por mujeres, irrumpió en la capilla hacia la una del mediodía del 10 de marzo "gritando eslóganes con un megáfono y una vez dentro, rodearon el altar y leyeron textos y frases que, según decían, eran de autores cristianos sobre la mujer".

Tras leer "un manifiesto con afirmaciones y juicios contra la Iglesia y sus enseñanzas", señala el Arzobispado, "algunas chicas se desnudaron completamente de cintura para arriba y se pusieron a cantar rimas y eslóganes ofensivos contra la Iglesia, el Santo Padre y la fe cristiana, acompañados de blasfemias".

Toda la escena, que duró en torno a un cuarto de hora o veinte minutos, según fuentes de la Pastoral Universitaria consultadas por Efe, fue fotografiada y filmada por personas que los acompañaban.

Ante estos hechos "absolutamente reprobables, que son objeto de delito", el Arzobispado elevó una queja al Rectorado de la UCM, que deberá investigar ahora si los participantes son o no estudiantes de la Complutense, de cara a eventuales sanciones.

La UCM cuenta con cinco capillas repartidas en sus instalaciones las cuales, pese a ubicarse en espacios de la universidad, dependen del Arzobispado de Madrid en virtud de un antiguo convenio entre la UCM y la Iglesia, conocido ahora como el "convenio Villapalos" por haber sido renovado en la etapa del rector Gustavo Villapalos (1987-1996).

El funcionamiento de esas capillas es responsabilidad del Arzobispado y de cada uno de los capellanes encargados de las mismas, y según fuentes del Rectorado de la UCM, "no hay antecedentes de hechos similares a los ocurridos el pasado jueves".

Para el Arzobispado de Madrid, estas acciones son un atentado a la libertad de culto y una profanación de un lugar sagrado, lo cual conlleva "penas canónicas en el caso de que quienes las han cometido estén bautizados".

Por su parte, el Rectorado de la UCM, además de condenar lo ocurrido, ha reiterado "la necesidad de mantener el respeto a la pluralidad de cultos y creencias religiosas".