Carlos Osoro destaca la importancia de “deberse a los hermanos” en la misa de La Paloma

  • Felipe García, del Parque de Santa María de la Cabeza, ha sido el bombero encargado del descendimiento

El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha urgido este jueves, durante su homilía en la misa celebración del día de la Virgen de la Paloma, que la humanidad no vuelva a otros periodos de su historia en la que se implantó la idea de que "había hombres sobrantes". María nos dice que no hay ninguno, que todos son hijos de Dios y hemos de defender su dignidad que es la que Dios les ha dado con pasión", ha subrayado.

Osoro: "Ya no hay distinción entre libres y esclavos, hombres y mujeres, pues todos son hijos de Dios"

Osoro ha urgido a "ver a todos los hombres como imágenes de Dios que son, que ninguna imagen se estropee; descubrir y vivir que todos somos hermanos, que ya no hay distinción entre libres y esclavos, hombres y mujeres, pues todos son hijos de Dios”

El cardenal ha pedido también vivir como "servidores de los hombres". "No nos servimos de ellos, nos debemos a los hermanos. Y nuestros hermanos son todos los hombres… En un momento de la historia donde incluso esto se pone en cuestión, especialmente con las obras, acojamos el modo de vivir de la virgen María”.

DESCENSO DEL CUADRO

Tras la eucaristía se ha procedido al tradicional descendimiento del cuadro de la Virgen, por parte del Cuerpo de Bomberos, para dar comienzo a la veneración a Nuestra Señora de la Paloma y la procesión por las calles del centro de Madrid.

Este año ha protagonizado el solemne descendimiento Felipe García que lleva 17 como bombero en el Parque de Santa María de la Cabeza.

Osoro ha recordado en la misa el origen de la veneración de La Paloma: “El lienzo fue encontrado por un hombre en un corral en el que se guardaba leña. Había unos niños jugando por allí y se lo regaló a ellos pero Isabel Tintero decidió comprárselo a los niños, limpió el cuadro y lo colocó en el portal de su casa. Así comenzó la devoción a la virgen, que fue trasladada a su emplazamiento actual en la iglesia de La Paloma en 1912.