Cae una red de narcotraficantes e intervenidos 165 kilos de cocaína en Madrid

  • La Policía confirma que la cocaína consumida en Madrid está muy adulterada

La Policía Nacional ha desarticulado una red de narcotraficantes que operaban en toda España y han intervenido en Madrid casi 165 kilogramos de cocaína en una operación que se ha saldado también con el arresto de nueve personas, han informado en rueda de prensa el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díez, y el jefe de Sección de Estupefacientes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Armando Doval.

La organización contaba con una sólida infraestructura compuesta por 'pisos francos' y turismos provistos con 'dobles fondos' habilitados para transportar la droga. Además, en Móstoles la Policía ha localizado 27 kilos del mismo estupefaciente escondidos en un 'zulo' al que se accedía por una puerta de cemento oculta tras una estantería metálica.

Han sido registradas siete viviendas en las que se han requisado más de 100.000 euros en efectivo, 2,5 kilos de sustancia de corte, básculas de precisión y ocho vehículos.

UN PISO DE SAN BLAS, PUNTO DE PARTIDA

La investigación comenzó en mayo de 2012 tras la desarticulación de otra organización dedicada al tráfico de drogas. A raíz de aquel operativo los agentes centraron sus investigaciones en un inmueble situado en el madrileño distrito San Blas.Después de diversas informaciones, los policías identificaron al líder del grupo delincuencial que contaba con antecedentes por delitos contra la salud pública y blanqueo de capitales. El líder, de 37 años, era colombiano --como el resto de la banda-- y residía en Madrid.

Después de realizar las primeras investigaciones se averiguó que la organización criminal contaba con una sólida infraestructura. Ellos mismos adquirían la droga de Colombia, ya que tenían contactos allí, y luego la enviaban a Europa presumiblemente en barco.

La Policía sospecha de que la droga llegaba a España a través del puerto de Valencia, en sobres revestidos de láminas de radiografías para evitar se detectados por los escáneres e infrarrojos del puerto. Creen que la encargada de la receptación de esta droga era una de las mujeres detenidas, ya que operaba en la capital del Turia. Quince días después de la entrega principal la droga llegó a Madrid.

Una vez recibida la mercanía, la banda adulteraba la sustancia y se ocupaban de la distribución en distintos puntos de la geografía española. Para ello, los detenidos contaban con varios pisos francos distribuidos en el madrileño distrito de Vicálvaro y en un piso en Valdemoro y en un chalé en Móstoles, que les servían como punto de encuentro donde, además de almacenar el estupefaciente, citaban a los contactos para la compra-venta.Además, contaban con varios vehículos para transportar la droga, muchos de los cuales ocultaban dobles fondos para evitar ser descubiertos ante un eventual control policial.

Al mando de este grupo estaba una persona y bajo su control el resto del grupo criminal se dividía las funciones. Contaban con transportistas, encargados de la custodia de la droga y 'hombres pantalla', que eran los auténticos gestores de la infraestructura, encargados del alquiler de inmuebles y la adquisición de vehículos.

En febrero de este año, y en el marco de esta operación, los agentes detuvieron a dos personas que trasladaban 250 gramos de cocaína escondidos en un alojamiento para fusibles del salpicadero y cuyo destino final era Zaragoza. Estos dos personas, distintas a las arrestadas ahora, permanecen en prisión.

Además, la Policía tenía constancia que otro de los sospechosos había sido detenido en 2010 en Alcalá de Henares con 150 kilogramos de cocaína.

UN ZULO MUY ESCONDIDO PARA OCULTAR LA DROGA

Continuando la investigación, los agentes identificaron al resto de integrantes de la organización y establecieron un dispositivo para su desmantelamiento. La pasada semana, y de forma simultánea, se realizaron siete entradas y registros en diversas viviendas de Madrid, Valdemoro y Móstoles. En esta última localidad, los agentes localizaron 27 kilos de cocaína en una vivienda utilizada exclusivamente como almacén.

La droga estaba oculta en un zulo de la vivienda, que no estaba habilitada, tras una puerta de cemento oculta por una estantería metálica en el garaje. De hecho, el zulo estaba tan bien escondido que en una primera inspección la Policía no lo encontró. Pero, conscientes de la noche anterior se había hecho una transacción de droga con un coche aparcado en dicho garaje, la Policía en un segundo registró consiguió localizarlo.

En otro piso situado en la capital, los policías hallaron otros 137 kilogramos de droga repartidos en 15 paquetes rectangulares. Según la Policía, y a la espera de los análisis pertinentes, la cocaína requisada era de gran pureza porque aún no había sido cortada.

Además del estupefaciente, y como resultado total de los registros, los investigadores intervinieron más de 2,5 kilos de sustancia de corte, unos 6.000 euros en efectivo, balanzas de precisión, máquinas para contar dinero, bolsas auto-cierre para el menudeo y ocho vehículos que utilizaban como 'lanzaderas' o de transporte aprovechando huecos practicados en los mismo a modo de doble fondo.

Los detenidos son siete varones y dos mujeres. Siete fueron detenidos en la capital y dos en Valdemoro. Los arrestados, todos ellos de origen colombiano y con edades comprendidas entre los 30 y los 49 años de edad, llevaban un alto ritmo de vida y alquilaban coches de alta gama a pesar de que no tenían oficio ni profesión conocida.

Ocho de los arrestados han sido puestos a disposición de la autoridad judicial que ha decretado el ingreso en prisión provisional. Una de las mujeres era hija de otro de los implicados y fue puesta en libertad por no poderse determinar su papel en la organización.