Aznar y González acuden a Cibeles a recoger las Medallas de Oro de Madrid

Los expresidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar se han encontrado este domingo en el Palacio de Cibeles durante el acto de entrega de las Medallas de Oro de Madrid, que anualmente se conceden coincidiendo con las fiestas de San Isidro, y que en esta ocasión también han servido para reconocer a Adolfo Suárez.

Con estas distinciones, el pueblo madrileño agradece la trascendencia e importancia de la labor que los tres expresidentes ejercieron durante la democracia en el país y la responsabilidad que tuvieron en el "transitar del país por la senda de la democracia", según ha resaltado Gallardón durante el acto.

"Vivimos en un mundo en el que el propio cambio se ha convertido en algo tan obvio que corremos el riesgo de olvidar incluso qué es lo que ha cambiado. Para que eso no ocurra, Madrid vuelve la mirada atrás cada 15 de mayo y rinde homenaje a aquéllos cuya contribución ha sido decisiva para moldear la realidad presente, infundiéndonos una justificada confianza en el futuro. Los cuatro expresidentes son ya, por encima de ideologías, patrimonio de la Historia española y expresión de un progreso que marca las cotas mínimas desde las cuales seguir construyendo un porvenir más justo y esperanzador", ha continuado.

Sin entrar en valoraciones políticas, el primer edil ha destacado que todos ellos "dirigieron España en la más apasionante y edificante aventura que ha protagonizado en los dos últimos siglos: la transición hacia una democracia madura, la modernización del país y su incorporación a la era global".

No en balde, los años entre 1977 y 2004 han sido "un tiempo de progreso social y bienestar material en el que España se transformó" y durante los cuales los responsables del Ejecutivo, "respaldados por el Rey caminando codo con codo con la sociedad" condujeron "complejos procesos que se resolvieron en logros cruciales".

"La diversidad intelectual y de trayectoria de los expresidentes evidencia la solidez de uno de los pilares democráticos: la alternancia, manifestación política del método prueba-error que fundamenta la ciencia moderna y mejora la eficacia de las organizaciones, garantizando una solución futura a los yerros y extravíos en que pueda incurrir el gobierno", ha subrayado Gallardón, apostillando que "estas décadas de andadura democrática han demostrado que los problemas de España siempre han terminado encontrado una alternativa que desbloqueara lo que alguna vez pudieron parecer callejones sin salida".

Y todo gracias a que los expresidentes democráticos "no se dejaron intimidar por las dificultades, resistieron las presiones en los momentos más delicados de sus respectivos mandatos y trazaron sus caminos con objetivos coincidentes, el bien común y la prosperidad de los españoles, porque creyeron en la libertad de la democracia y en la capacidad de los españoles para decidir".

"Desde esa sintonía profunda con los españoles, hoy hay que hacer un llamamiento para que, por encima de ideologías, partidos, campañas y disensiones circunstanciales, todos nos sintamos orgullosos del esfuerzo que estos hombres hicieron por impulsar a España, y para que la generosidad no sea una vez más un elemento ausente de la vida nacional, porque la democracia sólo puede ser generosidad", ha concluido.

CIUDADANIA EXIGENTE

Durante el acto se ha proyectado un vídeo recordando la andadura de los premiados, justo antes de la intervención de cada uno de ellos. Así, Aznar se ha declarado "orgulloso de haber sido presidente del Gobierno y de haber podido servir a la democracia desde esa responsabilidad".

"Pero el servicio a la democracia no es mayor cuando se es presidente del Gobierno que cuando simplemente se ejerce una ciudadanía activa, exigente y lúcida. Porque una ciudadanía exigente es lo que nos permite recordar siempre que la democracia tiene tanto de habilitación como de límite de poder, y que si se pierden los límites se pierde la democracia", ha recordado.

Por ello, ha deseado para todos los españoles que puedan seguir "poseyendo de modo efectivo la democracia y la libertad conquistadas" y que no permitan que "la democracia y la libertad se conviertan en un arcaísmo vacío". "Reafirmemos y conservemos la plena posesión de lo que es nuestro, de lo que no se pertenece por derecho propio", ha dicho.

"A veces, nuestra sociedad ha sido reiteradamente incitada al desaliento y al desistimiento. Hemos sufrido diversas técnicas de degradación de lo común. Circulan entre nosotros numerosas variedades de lo falso, e incluso puede parecer que circulan con éxito. Sin embargo, estoy seguro de que no prevalecerán, porque pese a todo encubrimiento, la realidad no desiste y la verdad tampoco puede hacerlo. Ese debe ser nuestro compromiso como demócratas, mantener la verdad como fundamento de nuestra libertad y sus límites", ha añadido.

A renglón seguido, ha insistido en que "no se trata de evocar o de admirar la democracia, sino de ejercerla" y ah recordado que "no hay democracia sin nación". "Hay democracia española porque hay Nación española, y cuando se celebra la una se celebra la otra", ha apostillado.

Tras loar a Madrid como "espacio de encuentro y convivencia de identidades y culturas, motor de solidaridad, progreso e iniciativa, y propuesta de integración cívica a partir de la diversidad", Aznar ha concluido enviando un recuerdo a "aquéllos que padecen la opresión y la tiranía en cualquier lugar del mundo, en especial en aquéllos en los que la democracia se defiende y se conquista en español". "Para que también ellos puedan poseer muy pronto la libertad que se les niega", ha cerrado.

VALORES DE LA TRANSICION

Por su parte, Felipe González ha subrayado que Madrid es una ciudad que "acoge, integra y absorbe" a todo el que llega a ella, y ha identificado a la capital con valores como la tolerancia, el diálogo o la concordia, que ha identificado con el espíritu de la Transición. Así, ha señalado que la tolerancia "en ocasiones corre el riesgo de caer en la soberbia, por lo que debe ir acompañado de diálogo como conocimiento del otro para que no haya arrogancia". "Y tanto la tolerancia como el diálogo permiten la concordia democrática", ha apostillado.

Eso fue, precisamente, lo que caracterizó a los protagonistas de la Transición como él mismo o como el Rey, al que tanto González como Aznar se han referido para valorar el importante papel histórico que tuvo en la cesión de un "poder absoluto" para convertirlo en "poder parlamentario".

Con su ejemplo, España fue capaz de "construir un proyecto" común. "No es una tarea fácil, y tampoco es fácil de comprender en momentos como éste, en el que no sólo hay grandes desplazamientos de poder en el mundo, sino también en términos de gobernanza, de credibilidad", ha apostillado.

Además, ha resaltado que eso sucede en las democracias más asentadas mientras "estallan en el Mediterráneo grandes movilizaciones que aspiran a disfrutar de ese marco de convivencia en libertad".

Porque, a su juicio, ésa es la grandeza de la democracia, que permite "construir un espacio público con proyectos que conciernen e ilusionan a todos", lo que supone "tener en cuenta la pluralidad de ideas y la diversidad de sentimientos de pertenencia en una sociedad compleja".

"El problema de hoy es la incapacidad para crear proyectos que incumban a todos", ha dicho, concluyendo que "la tolerancia y el diálogo facilitan la concordia" y que, cuando falla ese espíritu, "se dificulta mucho avanzar en proyectos que dan respuesta a los grandes desafíos".