La Audiencia ordena prisión para el exprofesor del Valdeluz condenado por 12 abusos a menores

  • Ha sido condenado a 49 años de cárcel por 12 abusos a menores

La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado el ingreso en prisión del exprofesor del colegio madrileño Valdeluz Andrés D.D., condenado a 49 años, cinco meses y 21 días de prisión por doce delitos de abusos sexuales a alumnas menores entre los años 2002 y 2014. La Sección 23 del tribunal madrileño ha adoptado esa decisión tras la vistilla que se ha celebrado esta mañana, en la que el Ministerio Público ha reclamado ese ingreso en prisión, han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El tribunal ha tenido en cuenta el riesgo de fuga existente, como ha argumentado la Fiscalía, y, en un segundo término, en la posibilidad de reiteración que han planteado las acusaciones particulares.

También ha analizado los dos informes médicos presentados por la defensa, uno respecto al estado de salud de su mujer y otro respecto a un episodio de ansiedad que sufre él.

El exprofesor ha pedido quedar en libertad para cuidar de su mujer que, según un informe presentado por su abogado, tiene alzheimer y es dependiente al 100 % de su familia, y ha argumentado que se tenga en cuenta que ha cumplido "escrupulosamente" las medidas cautelares que se le impusieron.

Según el Tribunal Superior de Jiusticia, los jueces comprenden la situación personal del condenado, pero entienden que no son motivos suficientes para no adoptar la medida cautelar de prisión.

La Audiencia condenó al exprofesor por doce episodios de abuso sexual en los que se prevalía de su posición de superioridad sobre los alumnos. Según la sentencia, la mayoría fueron continuados y algunos agravados por la edad de las víctimas.

LA SENTENCIA

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el profesor utilizaba su cercanía con las alumnas "para tocarlas y satisfacer su deseo e impulso sexual, comenzando con besos, abrazos, cosquillas, hasta ir aumentando los toqueteos progresiva y gradualmente en el tiempo, poco a poco, llegando a manosear piernas hacia ingles y zona vulvar e interior de los muslos, espaldas, senos y nalgas".

De hecho, el tribunal añade que llegó a restregar "en alguna ocasión su pene en sus espaldas o llevando el acusado la mano de alguna de ellas a su miembro, por fuera de la ropa". Asimismo, "llegó a introducir sus dedos en la vagina de algunas de ellas, escudándose muchas veces en la necesidad de llevar a cabo correcciones posturales mientras estaban sentadas tocando el piano".

En otras ocasiones, aprovechando la atención de los alumnos/as a la pantalla donde se proyectaban, en penumbra. audiovisuales musicales, llevaba a cabo también tocamientos sobre las menores, a quienes sentaba a su lado.