Aprobada la demolición de La Barranca en Navacerrada y su restauración ambiental

  • El Consejo de Gobierno de la Comunidad aprueba 3,4 millones de euros para su demolición y consiguiente restauración ambiental 
Hospital abandonado en el pinar de La Barranca, en Navacerrada
Hospital abandonado en el pinar de La Barranca, en Navacerrada |TELEMADRID

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado este miércoles destinar 3,4 millones de euros a la demolición del complejo de La Barranca, en Navacerrada, que alberga el antiguo hospital Santo Ángel de la Guarda, erigido en los años cuarenta del siglo pasado como sanatorio de tuberculosos y que acogió enfermos mentales hasta su cierre definitivo en 1995.

Al estar levantado en mitad de un monte público incluido en el Parque Nacional de la Sierra de Guaddarrama, el Gobierno regional ha decidido derribar este edificio, de cinco plantas y levantado en una parcela de 3.000 metros cuadrados.

Junto a estas demoliciones, el proyecto contempla la ejecución de una serie de actuaciones de restauración ambiental en la parcela, con el fin de que el terreno antes ocupado alcance condiciones de estabilidad y se integre en el paisaje, como reclamaban asociaciones y vecinos.

La finca ocupa 45.724 metros cuadrados, en la que se encuentra el edificio principal del hospital, de seis alturas y tres menores, además de otras cuatro construcciones auxiliares, que suman un total de 18.495 metros cuadrados construidos, de los cuales 17.446 corresponden al centro hospitalario.

El misterioso psiquiátrico de Navacerrada
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La singularidad de la ubicación, el estado de deterioro de las construcciones, su impacto en el medio natural y la necesidad de recuperar este entorno han justificado el encargo de los trabajos, que se estima duren ocho meses, a la empresa de Transformación Agraria (Tragsa).

Junto con las demoliciones, el proyecto contempla la ejecución de una serie de actuaciones en la parcela, a fin de que el terreno antes ocupado alcance condiciones de estabilidad y se integre en el paisaje.

Según el Ejecutivo autonómico, el proyecto de mínimo impacto en el medio reduce los movimientos de tierra, manteniendo las terrazas que conforman la topografía consolidada de la parcela.