Los saharauis liberados por Marruecos aseguran haber sufrido torturas

  • Tras las protestas por el desalojo del campamento levantado a las afueras de El Aaiún

El Colectivo de Defensores Saharauis de Derechos Humanos (CODESA) ha denunciado en un comunicado las torturas y abusos sufridos por saharauis durante la represión desencadenada tras las protestas por el desalojo del campamento saharaui levantado a las afueras de El Aaiún.

El grupo, presidido por la activista Aminetu Haidar, cita con nombres y apellidos tres casos de personas ya puestas en libertad que aseguran haber sufrido torturas y malos tratos durante los interrogatorios de las fuerzas de seguridad marroquíes.

"La mayoría de los liberados han sido objeto de malos tratos, torturas, humillaciones y prácticas degradantes para la divinidad humana tras su detención en la comisaría de Policía de El Aaiún", asegura CODESA en su último comunicado. "Siguen llevándose a cabo redadas en muchas de las casas de la población saharaui en diferentes barrios del Aaiún, donde siguen produciéndose saqueos, incendios y robos de decenas de tiendas, coches y edificios", explica.

El Aaiún "en estado de sitio" según el periodista de RNE que llegó a Canarias

El Aaiún se encuentra "en estado de sitio" y la población saharaui tiene "mucho miedo de hablar", según ha relatado el periodista francés de Radio Exterior de RNE Guillaume Bontoux, quien ha llegado esta tarde a Gran Canaria junto con los activistas Silvia García y Javier Sopeña.

Bontoux, que estuvo retenido por la policía marroquí y luego fue expulsado, ha llegado a las 16:30 horas (hora local) a Canarias junto con los dos activistas de la asociación Sáhara Thawra. Estos últimos, que han permanecido escondidos las últimas horas, llegarán esta noche a Madrid y mañana ofrecerán una rueda de prensa.

A su llegada a Gran Canaria, Bontoux ha asegurado que El Aaiún se encuentra "en estado de sitio", lo que da idea de la magnitud de la situación, aunque es muy difícil conocerla con exactitud porque existen grandes problemas, ya que no hay libertad de movimientos para los periodistas y los saharauis tienen mucho miedo de hablar.

Ha explicado que fue interrogado durante varias horas en su hotel en El Aaiún, donde logró entrar como turista, y la policía marroquí le quitó el pasaporte, aunque, según ha dicho, debido a su condición de ciudadano francés, la policía le dispensó un mejor trato.

Por su parte, la activista Silvia García ha contado que estaban en el campamento Gdeim Izik cuando la policía marroquí "entró a saco" y ha indicado que desconoce con exactitud el número de personas fallecidas como consecuencia de las agresiones, aunque, según aseguró, hay bastantes víctimas entre la población saharaui.

"El ambiente allí está muy mal" y "las calles están totalmente militarizadas", explicó García a su llegada a Gran Canaria.

Los dos activistas, miembros de la asociación Sahara Thawra, se encontraban en el campamento cuando "cientos de dispositivos de toda clase, militares, policías, fuerzas auxiliares entraron a saco a reventarlo".

Ellos recibieron "alguna piedra o algún golpe", pero a juicio de García, no es nada comparado con las agresiones a la población saharaui, que los protegió hasta que ayer el Gobierno de Marruecos les instó a abandonar el país.

Bontoux indicó que existen grandes dificultades para que los periodistas que logran llegar a El Aaiún puedan informar sobre la situación, pues la policía marroquí dificulta la tarea de los informadores, no hay libertad de movimiento y "es imposible" corroborar la información y saber con exactitud qué sucede.

"No pude ir donde quería ir, no pude hablar con casi nadie" y las comunicaciones sólo eran posible por teléfono.

"Es una zona que está en estado de sitio, da una idea de la magnitud de los enfrentamientos que ha podido haber", manifestó.

Existe gran diferencia entre los barrios y el centro de la ciudad, pues mientras en los primeros apenas hay vida en la calle, en el centro se mantiene la actividad comercial aunque con fuerte presencia policial.

El periodista de Radio Exterior de RNE fue interceptado ayer a la salida del hotel donde se alojaba por la policía marroquí, que lo interrogó durante varias horas y le pidió su pasaporte.

Aunque en un primer momento se lo devolvieron, hoy se lo retuvieron y lo condujeron al aeropuerto, donde permaneció incomunicado durante varias horas.

Bontoux manifestó que recibió un trato cordial por parte de la policía marroquí, a quien le costó entender que, pese a ser ciudadano francés, trabajaba para un medio español.

Cuando los agentes le devolvieron el pasaporte le dijeron que "por ser francés, no queremos ocasionarte problemas", aunque finalmente se lo quitaron y lo expulsaron de Marruecos.

El periodista aseguró que "la gente no quiere hablar" y existe mucha desconfianza, tanto hacia los extranjeros como entre la propia población.

Por ello sólo pudo hablar con quienes se acercaron a él y mostraron curiosidad ante su presencia, uno de los cuales fue quien le arrestó horas después.