Las numerosas réplicas registradas tras el terremoto dañan los edificios en el centro de Christchurch, la capital de la Isla S

Las numerosas réplicas registradas tras el terremoto de 7,3 grados que sacudió Vanuatu en Navidad han dañado hoy varios edificios de Christchurch, la capital de la Isla Sur de Nueva Zelanda, y han obligado a la policía a acordonar el centro de la ciudad ante el temor a derrumbes.

En lo que va de día, se han registrado 16 terremotos de hasta 4,9 grados de magnitud en la escala abierta de Richter en un radio de cinco kilómetros de Christchurch, con unos 370.000 habitantes.

Las autoridades no han informado de ninguna víctima a causa de la actividad sísmica.

"Necesitamos mantener los cordones en estos lugares por el peligro potencial de los edificios dañados contra la seguridad", detalló el inspector Dereck Erasmus, responsable local de la seguridad, según el diario digital "Stuff".

"Mañana revisaremos la situación en la zona acordonada y esperamos poder reabrir las calles cortadas", añadió Erasmus.

Los equipos de expertos han detectados posibles problemas en veinte edificios del centro, incluido el Centro Guthrey.

Christchurch ha vuelto a convertirse en víctima de la actividad sísmica, después de que un terremoto de 7 grados matase a una persona, hiriese a decenas y causase importantes daños el pasado 4 de septiembre.

La mitad de los hogares, unas 100.000 viviendas, de la región de Canterbury quedaron afectados y el Gobierno declaró el toque de queda en Christchurch durante las primeras noches para evitar saqueos de comercios, y mantuvo el estado de emergencia durante dos semanas.

Nueva Zelanda se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y padece cerca de 14.000 terremotos cada año, la gran mayoría de poca potencia