Un terremoto de 5,5 grados sacude Fukushima sin causar daños en la planta

  • Publican las primeras imágenes del interior del reactor 3

Un terremoto de 5,5 grados de magnitud en la escala abierta de Richter se produjo hoy cerca de la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi, sin que se produjeran daños ni se activara la alerta de tsunami.

El seísmo se registró a las 15.08 hora local (6.08 GMT) y tuvo su hipocentro a unos 30 kilómetros de profundidad frente a la costa de la prefectura de Fukushima (noreste de Japón), informó la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).

El temblor alcanzó el nivel 4 en la escala japonesa cerrada de 7 grados (centrada en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor) en la prefecturas de Fukushima y en la de Miyagi, colindante al norte.

La propietaria de la central de Fukushima Daiichi, Tokyo Electric Power (TEPCO), no ha detectado por el momento ninguna anomalía en esta planta ni en la vecina de Fukushima Daiini, manifestó a Efe una portavoz de la compañía.

Las autoridades niponas tampoco han informado de daños personales ni materiales graves causados por el seísmo.

EL temblor se ha podido notar en 17 de las 47 prefecturas de Japón, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).

Fukushima fue una de las regiones más afectadas por el fuerte seísmo de 9 grados en la escala Ritcher y el tsunami posterior ocurridos el 11 de marzo de 2011, que devastaron la costa del noreste y causaron más de 18.000 muertos y desaparecidos.

Aquel terremoto y tsunami provocaron en la central nuclear de Fukushima la peor catástrofe atómica desde la de Chernóbil en 1986.

Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia por lo que las infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.

PRIMERAS IMÁGENES

La operadora de la accidentada central atómica de Fukushima ha publicado las primeras imágenes del interior del reactor 3 tras introducir dos cámaras en su interior con las que ha captado una sustancia que podría ser combustible nuclear fundido.

En la víspera los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO) introdujeron a través de una conducción los dispositivos, que iban acompañados de un termómetro y un dosímetro, en la vasija de contención de la unidad para evaluar el estado del combustible en su interior de cara a su futura retirada.

Los volúmenes de radiación registrados fueron de en torno a 1 sievert por hora (más de un millón de veces el volumen de exposición máximo recomendado), mientras que se midieron en el interior de la vasija 26-27 grados centígrados (nivel por encima de la temperatura ambiente), según TEPCO.

El agua radiactiva estancada en el fondo de este contenedor alcanza los 6,5 metros de altura, en línea con las predicciones de los técnicos, y tiene una temperatura de unos 33-35 grados.

El vídeo y las fotografías obtenidas por las cámaras -operadas por control remoto- no han permitido por el momento confirmar daños en la vasija de contención provocados por el combustible nuclear fundido.

Al introducir en el agua una de las cámaras, esta sí muestra un material sedimentado similar al barro que se cree podría ser combustible fundido.

Esta previsto que TEPCO recolecte esta semana muestras de este agua para analizar la concentración de sustancias radiactivas en la misma.

La retirada del combustible del interior de los reactores dañados es la labor más compleja dentro de las tareas de desmantelamiento de la central, que se calcula llevarán unas cuatro décadas.

Se cree que el núcleo del reactor 3 fue el que resultó más dañado de los cuatro afectados por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011.

Las estimaciones elaboradas por TEPCO indican que las barras de combustible se derritieron casi por completo, perforaron la vasija de presión del reactor y se depositaron en la de contención a raíz del accidente.

Además, la unidad 3 es la única de las seis de que disponía la planta que empleaba MOX, combustible que combina uranio y plutonio, lo que lo hace aún más tóxico y peligroso.