Un estudiante, quinto muerto por las protestas en Brasil

Un joven que cayó de un viaducto en la protesta por mejores servicios públicos que terminó con enfrentamientos con la policía el miércoles en la ciudad brasileña de Belo Horizonte, donde jugaron Brasil y Uruguay la primera semifinal de la Copa de las Confederaciones, murió en el hospital, informó la policía.

El estudiante Douglas Henrique de Oliveira, de 21 años, que murió víctima de múltiples fracturas, se convirtió en la quinta víctima mortal de las protestas que comenzaron el 10 de junio en Sao Paulo y que se han extendido a todo el país.

Las protestas que sacuden Brasil desde el 10 de junio prosiguieron, incluso con graves incidentes en Belo Horizonte durante un partido por la Copa Confederaciones, pese a los importantes éxitos arrancados por los manifestantes del Gobierno, el Congreso y la Justicia.

Las protestas del miércoles por mejores servicios públicos en ciudades como Belo Horizonte, Brasilia, Sao Paulo y Río de Janeiro coincidieron con la aprobación en el Congreso de varios proyectos de ley que eran reivindicados por los manifestantes.

El Senado aprobó, entre otros asuntos demandados en las protestas y que esperaban votación desde hacía años, el proyecto de ley que define la corrupción como un "crimen hediondo", lo que impide que los acusados sean liberados mediante el pago de fianzas, y que aumenta la pena mínima que puede ser impuesta a responsables por delitos como el desvío de recursos públicos.

SE PROBIBE EL VOTO SECRETO

La Cámara de Diputados, por su parte, aprobó un proyecto de ley que prohíbe el "voto secreto" en votaciones para despojar del mandato a algún legislador acusado de irregularidades, así como una iniciativa que reduce los impuestos sobre concesionarias de transporte público, lo que puede reducir los precios de los pasajes.

La Cámara Baja ya había aprobado la víspera el proyecto de ley que destina el 75% de las regalías petroleras a la educación y el 25% a la salud, y archivado, por 430 votos contra nueve, una enmienda constitucional que pretendía reducir los poderes de investigación del Ministerio Público y que, para los manifestantes, favorecía la impunidad de los políticos corruptos.

Los manifestantes también consideraron como un éxito suyo la orden de prisión dictada hoy por el Tribunal Supremo de Brasil contra el diputado Natan Donadon, que con diferentes recursos judiciales había conseguido eludir una pena de trece años de prisión por corrupción a la que fue condenado en 2010.

Las protestas que se repiten diariamente en Brasil comenzaron en Sao Paulo exclusivamente por el aumento de las tarifas de transporte público, pero se extendieron a todo el país y ganaron nuevas reivindicaciones, como exigencias de mayor inversión pública en educación y salud, y críticas a la corrupción.

Una de las primeras en "escuchar el grito de las calles" y anunciar medidas para atender sus reivindicaciones fue la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. La mandataria propuso un Pacto Nacional para mejorar los servicios públicos y, tras encuentros con líderes de los manifestantes, anunció que convocará un plebiscito para que los brasileños reformen el sistema político y electoral del país.

Otro de los motivos que ha llevado a millones de brasileños a salir a la calle son los elevados gastos del Gobierno en la organización del Mundial de 2014, por lo que muchas de las marchas de protesta han tenido como destino estadios en los que en ese momento se disputaban partidos por la Copa Confederaciones.

Un grupo de manifestantes ocupó hoy la sede del concejo municipal de Santa María para protestar contra la impunidad por el caso del incendio de una discoteca en esta ciudad en enero pasado que dejó 242 muertos.