Schulz da marcha atrás y se abre a apoyar a Merkel, si las bases lo aprueban

El líder socialdemócrata alemán, Martin Schulz
El líder socialdemócrata alemán, Martin Schulz |Telemadrid

El líder socialdemócrata alemán, Martin Schulz, dio hoy marcha atrás en su rechazo tajante a una nueva gran coalición y aceptó dialogar con la canciller alemana, Angela Merkel, aunque condicionó al visto bueno de sus bases cualquier apoyo del bloque conservador a otro gobierno. El Partido Socialdemócrata (SPD) responderá "por descontado" a la llamada del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, a sentarse a dialogar con Merkel, afirmó hoy Schulz, para añadir que lo hace por sentido de "responsabilidad" hacia Alemania y hacia Europa.Si, de resultas de ese diálogo, se acuerda "algún tipo de cooperación" para la formación de otro gobierno, ésta se someterá a las bases, añadió Schulz, quien ayer se entrevistó con Steinmeier, compañero de partido antes de llegar a la presidencia del país, y después se reunió durante ocho horas con la ejecutiva del SPD.

Que la eventual entrada en una coalición pase por el sí de la militancia no es sorprendente, ya que así se hizo en 2013, cuando se sometió a su voto el pacto de gobierno alcanzado entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, su hermanada Unión Socialcristiana bávara (CSU) y el SPD.

Ahora Schulz precisa imperiosamente ese respaldo, ya que durante su campaña por las generales del 24 de septiembre, primero, y, después, ya con los resultados electorales en la mano, había descartado una nueva gran coalición.

Tras fracasar las conversaciones entre el bloque conservador, los verdes y los liberales para formar gobierno, Schulz rechazó de nuevo el lunes una gran coalición con Merkel y apostó por celebrar nuevas elecciones, pero pronto comenzaron a escucharse críticas internas.

A los reproches procedentes del ala izquierda siguió el pronunciamiento de la jefa del grupo parlamentario y exministra de Trabajo de Merkel, Andrea Nahles, apuntando que no se descartaba "tolerar" un gobierno de minoría de Merkel.

Las voces disonantes fueron en aumento los días siguientes, mientras crecía la expectación ante su reunión con Steinmeier, celebrada ayer jueves.

El encuentro duró algo más de lo previsto -una hora y cuarto-, por lo que quedó claro es que había sido más que un conversación de trámite en la ronda de consultas convocada por el presidente federal con los líderes de todos los partidos susceptibles de coaligarse.

A esa cita siguió la larga reunión con la ejecutiva del SPD, envuelta en rumores de dimisión de Schulz, quien llegó al cargo el pasado marzo como la gran esperanza de la socialdemocracia, pero que en las generales hundió al partido en su mínimo histórico, un 20,5 % de los votos.

De madrugada surgió el primer pronunciamiento del secretario general, Hubertus Heil, quien aseguró que el partido estaba "dispuesto" al diálogo.

Horas después, la presidencia anunció una reunión para el próximo día 30 entre Steinmeier, Merkel, Schulz y el líder bávaro Horst Seehofer, aliado conservador de la canciller, pero también con fuertes presiones en su territorio.

Steinmeier se ha erigido en figura clave en la búsqueda de soluciones, tras llegar al cargo de presidente por consenso de la gran coalición de Merkel y después de haber sido su ministro de Exteriores en su primera y su tercera legislatura.

Aceptar el diálogo propuesto por Steinmeier no implica un "automatismo" en ninguna dirección, aseguró Schulz, quien dijo que respondía a la "dramática llamada" a la responsabilidad lanzada por el presidente, determinado a evitar nuevas elecciones.

Schulz reveló que había recibido en estos días numerosas llamadas de "nuestros amigos europeos", expresando su preocupación ante la situación en Alemania tras el fracaso de las negociaciones entre la CDU/CSU, los verdes y los liberales.

El SPD "por supuesto" actuará con responsabilidad, insistió, para comprometerse a continuación a que en ningún caso su partido practicará la "obstrucción parlamentaria", en caso de ir a la oposición.

Entre las alternativas de cooperación que se han barajado estos días, en caso de no formarse una gran coalición, está la de un gobierno de minoría liderado por Merkel, con el respaldo parlamentario del SPD para garantizar una legislatura estable.