Nueva tormenta política en Washington ante la incapacidad de llegar a un pacto sobre el déficit

Una nueva tormenta política se aproxima al Congreso tras la incapacidad del comité encargado de reducir el abultado déficit de Estados Unidos, y sumerge al país en una nueva temporada de inestabilidad económica. La crónica del fracaso anunciado se certificó con un escueto comunicado de los dos co-presidentes del llamado "supercomité", la senadora demócrata, Patty Murray y el representante republicano Jeb Hensarling, en el que reconocían su fracaso. "Pese a nuestra incapacidad para superar las significativas diferencias, culminamos este proceso unidos en nuestra creencia de que la crisis fiscal del país debe ser encarada y que no podemos dejarla para que sea solucionada por la siguiente generación", indicaron.

1,2 BILLONES DE DÓLARES EN LOS PRÓXIMOS DIEZ AÑOS

El debate pasa ahora al Congreso dividido, con los republicanos liderando la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado, que deberá lograr lo que el "supercomité" no consiguió: un plan de recortes consensuado de 1,2 billones de dólares en los próximos diez años. De no conseguirse, entrarán en vigor en 2013 los temidos recortes automáticos por el mismo monto, 1,2 billones, previstos en caso de fracaso por parte del "supercomité" y que afectarán tanto a defensa como programas sociales, las respectivas "vacas sagradas" de republicanos y demócratas.

Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió hoy de que vetará "cualquier intento de deshacer" los recortes automáticos previstos para la reducción del déficit en 1,2 billones para 2013, y urgió al Congreso a que alcance un "acuerdo equilibrado".Obama se refería así a los llamamientos de algunos congresistas, como el ex candidato presidencial republicano John McCain, quienes aseguraron que estos recortes inmediatos tendrían efectos desastrosos, especialmente en lo que se refiere al Péntagono, y abogaron por reducir su volumen.

El presidente rechazó estas justificaciones y aseguró que "debemos aumentar la presión para que se alcance el compromiso, no retirar la presión", en alusión a estos recortes automáticos. "De un modo u otro, el déficit fiscal de EEUU se reducirá en 1,2 billones de dólares", aseguró Obama en rueda de prensa desde la Casa Blanca, minutos después de que el comité bipartidista del Congreso reconociese su incapacidad para lograr un acuerdo antes de la fecha límite del miércoles 23 de noviembre.

"SUPERCOMITÉ"

Los legisladores no lograron superar los obstáculos que han mantenido las posiciones alejadas desde la designación del "supercomité" en agosto, y que se concentran en el aumento de la presión fiscal. Los demócratas consideran imposible cruzar la raya de una rebaja del gasto público si no va de la mano de un aumento de los impuestos a modo de "sacrificios compartidos" que permitan el reequilibrio fiscal, especialmente a través de la exención de los impuestos decretada por George W. Bush y que concluye en diciembre.

Por el contrario, los republicanos se han atrincherado tras el argumento de que, en momentos de delicada situación económica con escaso crecimiento, aumentar la presión fiscal desincentivaría la inversión empresarial necesaria para la recuperación. Mientras tanto, la agencia Standard & Poor's indicó que mantiene su calificación de la deuda soberana de EEUU en AA+, con perspectiva negativa, al asegurar que no ha sido afectada por el fracaso del comité del Congreso para alcanzar un acuerdo en la rebaja del déficit.

"La incapacidad del comité para acordar medidas fiscales que puedan estabilizar la deuda del Gobierno de EEUU es consistente con nuestra decisión de agosto de revisar a la baja nuestra nota a AA+", afirmó Standard & Poors en un comunicado. La calificadora de riesgo redujo en agosto pasado la nota de EEUU de "triple A" (la más alta) a AA+, después de que el Congreso aprobara de manera agónica la elevación del tope de deuda de 14,29 billones de dólares y evitara, pero sólo en el último momento, la suspensión parcial de pagos del país. El déficit fiscal de EEUU se situó en septiembre, fin del año fiscal 2011, en 1,3 billones de dólares, lo que representa el 8,6 % del Producto Interior Bruto (PIB), según datos la Oficina de Presupuesto del Congreso.