Miles de evacuados por las riadas en la ciudad australiana de Brisbane que han causado 23 muertos en el país

La población de la tercera mayor ciudad de Australia, Brisbane, se afana este miércoles por ponerse a salvo de las trombas de agua del río del mismo nombre, desbordado por las inundaciones que han causado ya al menos doce muertos en el estado de Queensland. Fuentes oficiales informaron de que el caudal del río alcanzó a media tarde los 4,5 metros al aliviarse el embalse de Wivenhoe, pero la situación pudo controlarse porque en ese momento no llovía.

Aún así, calles enteras con cientos de viviendas y negocios quedaron inundadas. El agua arrancó de sus amarres a algunos barcos, que iban a la deriva por la piscina gigante en la que se convirtió el centro de Brisbane.

"Siento horror y asombro por el poder que tiene este río y no paro de pensar en la gente cuyos medios de vida se escapan delante de nuestros ojos", manifestó el alcalde Campbell Newman.

Newman añadió que "ahora vemos trozos de pasarelas y barcos, pero tristemente en las próximas horas veremos pedazos de las casas, y eso me rompe el corazón".

Las riadas cortaron vías, inutilizaron parte de los sistemas de cloacas y agua potable, sumergieron parques y estadios deportivos, y dejaron sin electricidad a miles de los dos millones de habitantes de la ciudad.

El desastre hubiera sido peor si los ciudadanos no se hubieran preparado rodeando sus viviendas con sacos de arena y hecho acopio de víveres en los supermercados. De los miles de evacuados, la mayoría se quedó en viviendas de amigos o familiares y sólo parte fue a los centros de refugiados.

La Policía cerró el acceso a zonas del área metropolitana para evitar a los curiosos y que regresara algún residente incauto. Ahora sólo queda esperar hasta la próxima crecida del río, que según los meteorólogos ocurrirá esta madrugada y elevará el nivel hasta los 5,5 metros de altura.

20.000 VIVIENDAS AFECTADAS

Eso afectará a 20.000 casas y 3.500 negocios, según un modelo generado por ordenador que prevé que el agua se mantendrá así durante al menos medio día.

Las mismas escenas de caos se vivieron en Ipswich, localidad al oeste de Brisbane donde varias viviendas quedaron anegadas por la crecida del río Bremer, cuyo caudal se aproximó a los 22 metros de altura. En la región del valle del río Lockyer, los equipos de rescate hallaron más cadáveres, con lo que se elevó a 12 la cifra de muertos desde el lunes y 23 desde noviembre, y continúan buscando a 67 desaparecidos.

La jefa del gobierno de Queensland, Anna Bligh, indicó que las inundaciones son "el peor desastre natural de nuestra historia" y advirtió de que lo más probable es que en las próximas horas se encuentre a más fallecidos.

El torrente de agua llegó ayer a Brisbane procedente del oeste del Estado, que el lunes vio como un "tsunami interior" con una pared de agua de ocho metros de altura arrasó el centro de la ciudad de Toowoomba y otras comunidades más pequeñas.

Además, las riadas se extendieron anoche al norte del estado de Nueva Gales del Sur y en estos momentos todos los Estados se encuentran bajo alerta excepto el territorio de la capital federal, Camberra.

200.000 DAMNIFICADOS

El total de damnificados supera ya las 200.000 personas en la mitad oriental del país. Respecto al balance de daños en un área del tamaño de Alemania y Francia juntas, varios expertos señalaron que el coste de las inundaciones para Australia será mayor que el que generó en 2005 el huracán Katrina en Estados Unidos.

El banco local ANZ incluso predijo que la economía australiana entrará en recesión el primer trimestre de 2011 por los daños al sector agrícola, minero y al turismo en plena época de vacaciones por el verano austral.

Se estima que la industria de extracción de carbón perderá hasta 13.000 millones de dólares. Esta semana el precio de la materia prima en los mercados internacionales se disparó por las riadas en el primer productor mundial.