Netanyahu estudia una respuesta a las demandas de los indignados israelíes

  • Una de las principales quejas es la subida de los precios en los últimos meses
  • Tel Avi ha sido la ciudad en la que la marcha ha sido más multitudinaria

El primer ministro, Benjamin Netanyahu parece que ha escuchado a los más de 300.000 manifestantes israelíes que ayer exigian "cambios " durante unas protestas celebradas en todo el país. Netanyahu ha afirmado que efectuarán "correcciones sociales con determinación pero también con responsabilidad. Estoy convencido que tendremos éxito como lo hicimos con la economía en el pasado".

Tras anunciar la composición de la mesa redonda que dialogará con los líderes de la mayor revuelta social en la historia de Israel, Netanyahu ha aclarado al inicio de la reunión semanal del Gobierno: "Soy sensible a la protesta. Nosotros escucharemos a todos. Hablaremos con todos. Dialogaremos de forma sincera y escucharemos las reivindicaciones y las propuestas de solución. A fin de cuentas, nosotros somos examinados por las soluciones prácticas que requieren una elección y equilibrio".

De ahí que añadiera un aviso respondiendo a las numerosas pancartas y exigencias exhibidas anoche en muchas ciudades del país. "No podremos satisfacer a todos. No podemos recibir todas las reivindicaciones y decir que todas tendrán una solución". Y es que más de 300.000 "indignados" salieron este sábado a las calles de las principales ciudades de Israel para protestar por el alto coste de la vida. La principal manifestación ha tenido lugar en Tel Aviv, donde más de 200.000 personas se han concentrado en torno a la plaza Habima, cerca de donde se ha levantado una acampada de protesta.

"El pueblo quiere justicia social" o "Toda una generación demanda un futuro", coreaban los manifestantes, emulando las consignas popularizadas durante las revueltas árabes en Túnez o Egipto y las protestas de distintas ciudades españolas.

La protesta ha paralizado el tráfico rodado en importantes zonas de la ciudad y se ha reproducido en otras ciudades como Jerusalén, Kiryat Shomna o Eilat. Mientras, en Jerusalén, unas 20.000 personas han marchado hasta la residencia oficial del primer ministro, Benjamin Netanyahu, para exigir dimisiones en la tercera semana consecutiva de protestas.

"Jóvenes de Israel, ha llegado nuestra hora", ha proclamado el presidente del Sindicato Nacional de Estudiantes, Itzik Shmuli, durante la manifestación de Tel Aviv.

"Es un despertar colectivo sin precedentes. Estamos siendo testigos de cómo el pueblo se despereza (...). Lo que comenzó como una batalla por una vivienda asequible se ha convertido en un movimiento de protesta que es como una bola de nieve y ahora habla de un amplio cambio de sistema", ha explicado uno de los manifestantes en declaraciones publicadas por la edición digital del diario "Yedioth Aharonoth".

Los activistas llevan tres semanas acampados en el bulevar Rothschild de Tel Aviv para protestar por el coste de la vida y exigir una vivienda accesible en un movimiento que ha ido ganando apoyos día a día. La de este sábado es la tercera gran manifestación en Tel Aviv.