El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, considera una "señal equivocada" la intención de Rusia de vender misiles al régimen de Bachar al Assad y ha insistido en la necesidad de buscar una solución dialogada y evitar "echar gasolina al fuego".
El jefe de la diplomacia española ha respondido así, tras inaugurar en Casa Arabe el I Foro Económico España-Sudán, al ser preguntado por el anuncio que hizo ayer su homólogo ruso, Sergei Riabkov, después de que la Unión Europea decidiera dar el primer paso para la entrega de armas a los rebeldes moderados "para la defensa de la población".
El ministro ruso criticó el acuerdo europeo y dijo que Moscú seguirá suministrando sistemas antimisiles tierra-aire S-300 a Siria. "A mí me parece que no es el momento de adoptar esta decisión", ha señalado García-Margallo, que ha recordado que la UE está "apostando por una solución dialogada".
De hecho, ha subrayado que la decisión de los Veintisiete de entregar armas se hará "con determinadas condiciones y determinadas salvaguardas" y se va a aplazar hasta el próximo 1 de agosto "para dar una oportunidad al diálogo".
Por eso, ha defendido que la postura de Bruselas "no tiene paralelo con una medida semejante" a la anunciada por Rusia, que, además, "internacionalizaría el conflicto", como ha puesto de manifiesto la inmediata respuesta del ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, que fue "concluyente".
"PUEDE DIFICULTAR EL DIALOGO"
"Nosotros pediríamos a nuestros amigos rusos, con los que estamos en contacto permanente, que no pusieran en marcha una medida que puede dificultar el diálogo que ellos mismos están propiciando en Ginebra", ha declarado el ministro, haciendo referencia además a la propuesta impulsada por Estados Unidos y Rusia para poner en marcha negociaciones en una conferencia de paz.
García-Margallo ha insistido en que la solución al conflicto de Siria es una "solución dialogada y negociada", que incida en "la concordia entre las partes implicadas en Siria" y frene la situación que allí se vive desde marzo de 2011, con unas cifras "estremecedoras" de 80.000 muertos y al menos 1,4 millones de refugiados que, si continúa la crisis, podrían llegar a los 3,5 millones, algo que, además, pondría también "en peligro la estabilidad" de otros países de la zona como Jordania y Líbano.
El ministro ha insistido en que el Gobierno español ha hecho todo lo que ha "podido" y ha recordado que la semana pasada se celebró un encuentro en Madrid de la oposición siria moderada, que ahora está reunida en Estambul para decidir si participa en el proceso de Ginebra.
A partir de aquí, ha recalcado, España sigue "permanentemente dispuesta", y así se lo ha dejado claro a Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea, a colaborar de cualquier manera que sirve para que el diálogo "tome velocidad y termine en un acuerdo" que permita vivir en paz "a todas las partes, a todas las religiones, opiniones políticas y etnias" que vivan en Siria. "
Todos debemos hacer un esfuerzo para limar nuestras diferencias, para no echar gasolina al fuego y tender puentes entre unos y otros en Siria, que son los que al final tienen que resolver el problema", ha remachado.
