Los suizos rechazan la iniciativa que pretendía sacar las armas del entorno familiar

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Los suizos rechazaron hoy en referéndum la iniciativa que proponía que las armas reglamentarias que los hombres deben guardar en su casa durante las décadas que forman parte de la milicia fueran a depósitos estatales.

Según los organismos electorales cantonales, los votos por cantones (provincias) muestran que la gran mayoría apostó por mantener las armas guardadas en casa, y hubo una clara división entre los de habla francesa y los de habla alemana.

Estos resultados cantonales son después procesados por las autoridades federales para dar el resultado global del país.

A excepción de Friburgo y Valais, los cantones de lengua franca aprobaron la iniciativa, en algunos casos, como en Ginebra, de forma bastante clara, con el 61,1 por ciento de los votos escrutados.

En la región de lengua germana, sólo la ciudad de Basilea, con el 58,9 por ciento, apoyó la iniciativa, mientras fue unánime el rechazo en el resto de cantones.

La iniciativa "Por la protección frente a la violencia de las armas" instaba a prohibir que las armas reglamentarias se guarden en casa y obligaba a que éstas permanecieran en unos depósitos de donde sólo pudieran salir cuando su propietario tuviera que asistir a sus tres semanas de servicio militar anual.

La iniciativa también pretendía endurecer la posibilidad de obtener una licencia de armas, y abogaba por crear un banco de datos sobre propiedad de armas a nivel federal, dado que actualmente sólo existen a nivel cantonal (provincial), lo que ha conducido a que haya 26 diferentes sin conexión entre ellos.

La campaña, lanzada en 2007, estaba apoyada por una amplia coalición formada por 80 entidades, desde los partidos de izquierda y los verdes, pasando por algunos miembros de la democracia cristiana, la Iglesia, los colectivos feministas, las entidades de prevención del suicidio y las asociaciones de trabajadores sociales.

Los partidarios de la iniciativa argumentaban que el acceso al arma en cualquier momento propicia que en un momento de ira, un maltratador use su fusil contra miembros de su familia, y un suicida en potencia lleve a cabo su propósito con relativa facilidad.

Unos argumentos que rechazaban los partidos de la derecha, pero también el Consejo Federal (gobierno colegiado), cuyo principal argumento fue que, de aprobarse la iniciativa, se "quebraría la confianza" que se deposita en los ciudadanos, y se rompería con la "tradición suiza", aunque el dejar las armas en casa "sólo" comenzó después de la Segunda Guerra Mundial.

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