Libia, último país en sumarse a protestas que agitan el Magreb y Oriente Medio

  • Decenas de parados ocupan la sede comunal de Hasi Mesaud en el sur de Argelia
  • Los manifestantes bahreiníes dicen que no abandonarán el centro de Manama

Libia, donde en las últimas horas se han registrado violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, es el último país en sumarse a las protestas que agitan el Magreb y Oriente Medio.

Los incidentes en la segunda ciudad libia, Bengasi, con un saldo de 14 heridos sólo horas antes de la protesta convocada mañana contra el régimen de Muamar Gadafi, se suman a los que también tienen lugar hoy en Irán, Yemen y Bahréin.

El funeral de uno de los fallecidos durante las manifestaciones del lunes pasado en Irán ha sido hoy el escenario de nuevos choques, mientras que las protestas se asientan en Yemen, donde comenzaron la semana pasada.

Las fuerzas de seguridad de Libia han detenido recientemente a varios ciberactivistas y el líder del país, el coronel Muamar Gadafi, ha advertido a la población contra el uso de Facebook, según denunció la Red Arabe de Información sobre Derechos Humanos (ANHRI) en vísperas de las manifestaciones del 'Día de la Ira' contra el régimen de Trípoli, previstas para mañana jueves.

Numerosos activistas libios han expresado por Internet su apoyo a los cambios democráticos experimentados en las últimas semanas en Túnez y Egipto como consecuencias de las movilizaciones populares que comenzaron, precisamente, a través de las redes sociales digitales. En este contexto, según ANHRI, Gadafi ha advertido contra el uso de la red social Facebook, que, a su juicio, forma parte de una "conspiración imperialista".

DECENAS DE PARADOS OCUPAN LA SEDE COMUNAL EN ARGELIA

Cerca de 60 desempleados ocuparon hoy por la fuerza la sede de la administración comunal en la localidad de Hasi Mesaud para protestar contra su precariedad económica y social y reclamar puestos de trabajo, según informó la edición electrónica del diario "El Watan".

Hasi Mesaud es la zona donde se encuentran varios importantes yacimientos de petróleo y gas en Argelia que explotan compañías de hidrocarburos extranjeras, entre ellas las españolas Cepsa y Repsol.

Tras entrar en las dependencias de la sede administrativa comunal, los parados iniciaron en las mismas una huelga de hambre y aseguraron que no abandonarían el lugar ni su actitud hasta que fuesen atendidas sus reivindicaciones, según la misma fuente.

El portavoz del comité local de parados, Mahmud Zeguni, denunció lo que consideró la "influencia de una mafia económica sobre el sector del empleo" en Hasi Mesaud.

"Cada día vemos llegar aviones que traen nuevos empleados desde el norte o del extranjero pero cuando nosotros demandamos un empleo se nos dice que no es posible, por qué esta discriminación", se preguntó Zeguni en declaraciones al diario.

El portavoz explicó que habían roto el cordón policial para ocupar los locales administrativos con el fin de que "todo el mundo escuche nuestro grito de desesperación".

"La corrupción y el nepotismo que reinan en Hasi Mesaud nos han hundido en la miseria, no es normal que las 600 sociedades instaladas aquí no se dignen a reclutar parados de la región mientras proponen salarios astronómicos a los extranjeros", afirmó.

Según el portavoz, las fuerzas policiales intentaron sin éxito impedir que los desempleados accedieran a las dependencias administrativas, aunque dispersaron posteriormente a cerca de otros 50 parados que pretendían sumarse a la protesta.

TERCER DIA DE PROTESTAS EN BAHREIN

En Bahrein, en su tercer día de protestas, los manifestantes han pasado la noche en la plaza Lulu de la capital, Manama, en un gesto que recuerda las concentraciones en la cairota plaza Tahrir, donde 18 días de protestas hicieron caer a Hosni Mubarak.

El millar de manifestantes que han pernoctado en la plaza Lulu de Manama, la capital de Bahréin. tras tomar el centro de la ciudad para exigir reformas económicas y políticas han asegurado que no abandonaran el lugar hasta que sus exigencias sean satisfechas.

El presidente de la Asociación de la Juventud Bahreiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati, aseguró a Efe por teléfono que los organizadores no tienen pensado llevar a cabo ninguna marcha de protestas hoy, pero insistieron en que continuarán su protesta.

Según Al Maskati, la plaza ha sido rebautizada por los participantes con el nombre de la plaza Tahrir de Manama, en referencia a la plaza Tahrir de El Cairo donde miles de manifestantes se concentraron durante más de dos semanas hasta la renuncia del presidente Hosni Mubarak, el pasado día 11.

La policía observa a los participantes sin actuar, según aseguró a Efe el activista, que se encuentra en el lugar de la concentración.

Se espera que a lo largo del día confluya más gente en la plaza, especialmente tras la conclusión de la jornada laboral.

Asimismo, Al Maskati comentó que el discurso ofrecido ayer por el rey de Bahrein Hamad bin Isa al Jalifa, en el poder desde 1999, que lamentó la muerte de dos manifestantes, y que informó de que había comenzado una investigación, no ha sido bien recibido.

"Los participantes me dijeron: no nos importa si ha empezado una investigación, lo que nos importa es que el rey no ha hecho ninguna mención a nuestras demandas", dijo Al Maskati.

Las protestas de ayer comenzaron frente al Hospital General de la localidad de Al Dih, donde se produjeron choques con las fuerzas de seguridad que emplearon gases lacrimógenos y dispararon balas de goma para dispersar a los manifestantes, que protestaban por la muerte la víspera del joven Ali Abdelhadi Mushaima.

Esta revuelta popular comenzó hace dos días y cuenta con una participación sin precedentes en este país, un archipiélago con una superficie de tan solo 727 kilómetros cuadrados en el que viven poco más de un millón de personas, la mitad de ellos extranjeros.

Las reivindicaciones ciudadanas en Jordania y en los Territorios palestinos llevaron a sus líderes a modificar sus gobiernos, con el objetivo de evitar unas protestas que, en cualquier caso, parecen ya imparables.

El éxito de las revoluciones de Túnez y Egipto ha redoblado el ánimo de los ciudadanos de esta región del mundo en su lucha contra la pobreza, la falta de libertad y la corrupción que reina en muchos de los regímenes de la zona.

La juventud de su población, que se ha liberado del miedo de sus antepasados y ha conseguido un acceso masivo a la información a través de internet y sus redes sociales, ha sido un elemento clave en las revueltas a favor de la democratización de estos países.

Es más, la agitación ha permitido ver imágenes hasta ahora inéditas, la de protestas para reivindicar mejoras laborales, como la del millar de obreros que las pedían hoy en Arabia Saudí, los ciudadanos que en días pasados protestaban contra el paro en Irak o los policías que solicitaban un aumento de sueldo en las calles de El Cairo sólo días después de la caída de Hosni Mubarak.

Los llamamientos a las protestas han resultado hasta ahora infructuosos en pocos casos, como en Siria, donde los complejos mecanismos de represión del régimen de Bachar Al Asad se han impuesto, al menos hasta ahora, a la libertad de Facebook o Twiter.

A excepción de Bahréin, las revueltas tampoco parecen haber cuajado en los países del Golfo pérsico, aunque no se puede descartar que el efecto dominó y ya se ven algunas señales, como la manifestación de obreros que ha tenido lugar hoy por las calles de Riad, algo realmente impensable hasta hace sólo unas semanas.