Egipto recupera paulatinamente la normalidad tras la revolución

  • Empresas privadas y las oficinas públicas inician su semana laboral

Egipto comienza a recuperar el ritmo normal de sus actividades económicas, casi paralizadas desde finales del mes pasado, con el inicio hoy de su primera semana laboral tras la revolución que derribó el presidente Honi Mubarak.

Como un indicativo de ese retorno paulatino a la normalidad, la plaza Tahrir, epicentro de las protestas contra el régimen de Mubarak, estaba hoy reabierta parcialmente al tráfico, aunque aún había tiendas de campaña de grupos de manifestantes.

Muchos comercios cierran tradicionalmente los domingos, pero la mayoría de las empresas privadas y las oficinas públicas inician hoy su semana laboral, y ya desde primeras horas de esta mañana se veía que El Cairo recuperaba su ritmo normal.

El primer ministro del gobierno provisional, Ahmed Shafiq, que se mantiene en sus funciones después de haber sido nombrado por Mubarak el pasado 29 de enero, ha convocado a la prensa para las 11.30 hora local (09.39 GMT) en la sede del gabinete.

Shafiq, un general de la Fuerza Aérea en retiro, será la primera vez que comparece ante los periodistas desde la renuncia de Mubarak, el pasado viernes. Hasta ahora, los únicos anuncios oficiales han partido de las Fuerzas Armadas.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, al que Mubarak entregó el poder, anunció ayer que todos los miembros del Gobierno anterior a la revolución, así como los gobernadores provinciales, se mantienen en sus puestos.

Pero su mandato es provisional, "hasta que sea formado un nuevo gobierno", según anunció ayer en su comunicado número 4 el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

En esa nota, los militares egipcios se comprometieron a una "transición pacífica de autoridad" y entregar el poder a unas autoridades civiles que sean elegidas en comicios libres y que tengan la misión de "construir un estado libre y democrático".

Pero para ese compromiso no estableció fechas, y también se desconoce qué pasos concretos adoptarán los militares en cuanto a las otras instituciones, como el Parlamento, y la reforma de la Constitución y otras leyes fundamentales.