La protesta por las pensiones en Francia se deshincha

  • Sindicatos y autoridades galas coinciden en que este jueves hubo menos manifestantes

Sindicatos y Gobierno coincidieron este jueves en que el número de manifestantes que recorrieron las calles de Francia para protestar contra la reforma que elevará dos años la edad de jubilación cayó significativamente, un día después de que la Asamblea Nacional diera luz verde a la nueva ley.

Se trata de la "participación más débil desde el inicio de las jornadas de movilización" el pasado junio, aseguró el Ministerio del Interior, que contabilizó 560.000 manifestantes en 263 concentraciones por todo el país frente a los 1.100.000 en que cifró la protesta precedente, el pasado 19 de octubre.

Los sindicatos, por su parte, reconocieron también que la respuesta de los trabajadores en la calle no rondó los 3,5 millones de la semana pasada sino que se situó en "cerca de dos millones".Por ello, desde el Gobierno se habla ya de "ralentización significativa" de la movilización y se espera que se salga de la crisis en próximos "los días o las semanas".

Por su parte, Bernard Thibault, el líder de la principal unión de trabajadores del país (CGT) dijo que la protesta tuvo "gran amplitud", teniendo en cuenta las circunstancias, en referencia a las vacaciones escolares de estos días y al voto de la Asamblea Nacional.

SE AGOTAN LAS POSIBILIDADES PARA FRENAR EL TEXTO

Y es que el refrendo del Parlamento a la reforma agota las posibilidades de los sindicatos de frenar el texto, que se convertirá en ley cuando el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lo oficialice con su firma, salvo que prospere el recurso que la oposición socialista presentará ante el Consejo Constitucional el próximo martes.

En cualquier caso, se trataría de una iniciativa más política que jurídica y el Elíseo cuenta con que, a más tardar, a mediados del próximo noviembre entre en vigor la ley con la que espera cuadrar las cuentas del sistema de pensiones en el horizonte del 2018. No obstante, y aunque el segundo sindicato de Francia (CFDT) ya había empezado a buscar la forma de rentabilizar la movilización al tender un guante al Gobierno para debatir sobre otros aspectos de la política laboral, la CGT dice que la contestación "continuará".

En la misma línea se expresó la líder del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, quien declaró hoy que su formación luchará "hasta el final para que esta ley sobre las pensiones no sea promulgada".

Más a la izquierda, el portavoz del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), Olivier Besancenot, aseguró que el movimiento "toma aire para rebotar más alto" porque "nadie esperará" a las elecciones presidenciales de 2012 para recuperar el actual sistema de pensiones.

HACIA LA VIDA NORMALIZADA

Y si en las calles de Francia la protesta pierde fuelle, la normalidad también se instala en otros ámbitos, como en el aprovisionamiento de combustible, que inquietó al Gobierno la semana pasad, cuando tuvo que enviar a la policía para desbloquear algunas refinerías, ya que las 12 plantas de tratado de combustible del país se habían paralizado.

El consiguiente cierre de gasolineras, que llegó afectar a cerca de un tercio de las estaciones de servicio del país ha remitido y el abastecimiento permite que ya se haya restablecido la actividad del 85% de éstas, señalaron hoy desde los ministerios de Interior y de Transporte. Otro de los datos que confirma el desgaste de la movilización, después de más de una decena de jornadas de huelgas y protestas en los últimos meses, es la caída del número de trabajadores que secundaron hoy la huelga.

En las administraciones públicas, los datos oficiales cifraban en torno al cinco por ciento el seguimiento de los paros, frente a más de un doce por ciento de la última convocatoria. La huelga, que tradicionalmente también encuentra seguimiento en las grandes empresas, la siguieron un 9,3% de los empleados de France-Télécom Orange, según la dirección de la empresa, es decir en torno a la mitad que el pasado 19 de octubre.

En la empresa pública de correos La Poste, los paros afectaron al 6,3% de los asalariados según la dirección, y un 15% según los sindicatos, cifras ambas inferiores a las de la semana pasada.