La Policía filipina reprime con dureza una protesta frente a la embajada de EE.UU.

  • Al menos 80 personas, entre manifestantes y policías, han resultado heridas
  • El presidente filipino Rodrigo Duterte mandó al "infierno" al presidente de EEUU

En Manila la Policía filipina ha reprimido con extrema dureza una protesta en las puertas de la embajada de Estados Unidos. Al menos 80 personas, entre manifestantes y policías, han resultado heridas.

A las puertas de la Embajada de Estados Unidos en Manila centenares de indígenas del sur critican la presencia militar estadounidense en el país y en la protesta se ataca a un vehículo policial. El conductor entonces embiste a los manifestantes, recorre diez metros marcha atrás y hacia adelante, en repetidas ocasiones. Una manifestante queda atrapada bajo la rueda del furgón y por fortuna el vehículo da marcha atrás y logra salir por su propio pie.

El subdirector de operaciones de la Policía de Metro Manila, Marcelino Pedroso, intentó excusar al conductor al indicar que posiblemente se debió al pánico. Las fuerzas de orden desplegadas alrededor de la legación diplomática cargaron contra unos 700 manifestantes que pedían el fin de la presencia de las tropas de EEUU y expresaban su apoyo a la política exterior del presidente filipino, Rodrigo Duterte. La Policía alega que los manifestantes no tenían los permisos requeridos para celebrar la protesta y que decidieron lanzar gases lacrimógenos al ver que un grupo atacaba un vehículo policial.

DETERIORO DE LAS RELACIONES BILATERALES

Las relaciones bilaterales entre Filipinas y EEUU se han deteriorado desde la investidura de Duterte en junio pasado, cuando inició una violenta campaña contra la droga que ha causado cerca de 3.700 muertos y que ha sido muy criticada por Washington, entre otros.

EEUU y Filipinas, aliados históricos, compartían hasta ahora una misma estrategia frente a Pekín en el conflicto territorial del mar de China Meridional, por lo que Washington ha apoyado a Manila en la modernización y entrenamiento de sus Fuerzas Armadas. Entre las últimas ocurrencias de Duterte, quien a sus 71 años no se muerde la lengua, ha denunciado una conspiración para deponerlo con la participación de la CIA estadounidense. El mandatario filipino también mandó al "infierno" al presidente de EEUU, Barack Obama, a quien previamente llamó "hijo de puta"