La crisis nuclear se extiende en Japón

Tras el devastador seísmo que el pasado viernes sacudió Japón, la alarma nuclear se ha extendido a cuatro centrales nucleares del noreste del país, la zona afectada por el terremoto. Mientras la alerta no cesa en Fukushima -donde el sábado se registró una explosión y una fuga de radiactividad en Fukushima Daiichi, mientras Fukushima Daini reconoció problemas-, este domingo se ha decretado además el estado de urgencia en otra central (Onagawa), mientras una cuarta (Tokai) informaba de problemas con la refrigeración.

El terremoto del viernes provocó la paralización automática de once de las 51 centrales nucleares que hay en Japón. Pese a la alerta que se ha suscitado tras el seísmo y el goteo de informaciones, tanto las autoridades como los gestores de las plantas nucleares se han esforzado en enviar mensajes de calma.

"La temperatura del reactor desciende regularmente", anunció Japan Atomic Power, gestora de la central nuclear Tokai Nº2 (en la prefectura de Ibaraki), poco después que la agencia Kyodo anunciase que el sistema de refrigeración de la planta se había parado tras el tsunami.

Un portavoz de Japan Atomic Power reconoció que "una bomba de agua marina, alimentada por un generador diesel, se paró a causa del tsunami. Sin embargo, otra bomba y otro sistema funcionan bien y la temperatura del reactor desciende regularmente".

También en Onagawa (en la prefectura de Miyagi), la alerta fue acompañada de un mensaje de calma. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) anunció que se había declarado el "primer (es decir, el más bajo) estado de emergencia" tras haberse detectado unos niveles de radiactividad elevados en las inmediaciones de la central.

El OIEA aclaró que los tres reactores de la planta estaban "bajo control". Poco después, la agencia de seguridad nuclear nipona precisó que Onagawa no tiene problemas de refrigeración y que el aumento de la radiación procedía de la fuga radiactiva en Fukushima Daiichi (150 km al sur de Onagawa) y que estaba entre los niveles de radiación seguros, similares a los recibidos al hacerse una radiografía.

Fallos en el tercer reactor de Fukushima

Es esta planta -donde los tres reactores que estaban en funcionamiento cuando tembló la tierra tienen problemas- la que más preocupa a las autoridades. "La situación sigue siendo grave", reconoció el primer ministro japonés, Naoto Kan, si bien advirtió de que "es totalmente diferente al accidente de Chernóbil".

En esta central, se han visto obligados a liberar vapor radiactivo al aire para intentar aliviar la presión sobre el reactor.

Tras la explosión de este sábado en su reactor número 1 y los problemas en su reactor 3, este domingo el gestor de la planta ha reconocido que también el reactor número 2 necesitaba que se inyectarse agua marina para refrigerarlo, al igual que se está haciendo en los otros dos.

Ya antes de que trascendiesen los problemas en el reactor número 2, el Gobierno de Japón afirmó este domingo que existe el riesgo de una nueva explosión, similar a la del sábado, en las instalaciones de la central nuclear.