Isabel II visita Croke Park, el escenario del primer "Domingo Sangriento"

La reina Isabel II de Inglaterra pisó hoy, en su segundo día de la histórica visita a Irlanda, el césped del estadio dublinés de Croke Park, escenario del primer "Domingo Sangriento" y campo casi sagrado para el nacionalismo irlandés.

Entre fortísimas medidas de seguridad, la soberana llegó acompañada por la presidenta irlandesa, Mary McAleese, a "Croker", donde fueron recibidas por el presidente de la Asociación de Deportes Gaélicos (GAA) -la propietaria del estadio-, Christy Cooney.

Ya en el terreno de juego, la reina inspeccionó un palo de "Hurling" y charló con jugadores de "Fútbol Gaélico", los dos deportes tradicionalmente irlandeses bajo la tutela de la GAA.

En la sala de trofeos, Isabel II se reunió con varios mandatarios de la GAA, si bien alguno de ellos no asistió al encuentro en protesta por la presencia de la soberana en Irlanda.

De hecho, sólo uno de los nueve condados que componen la provincia del Ulster, el condado norirlandés de Down, estuvo representado en Croke Park, a pesar de que Cooney aseguró que la visita real demuestra el éxito del proceso de paz en Irlanda del Norte.

Parece que algunos no olvidan que este estadio quedó marcado por la tragedia el 21 de noviembre de 1920, un domingo en plena guerra de la independencia (1919-1921).

Fuerzas paramilitares del Ejército británico entraron en el campo y abrieron fuego contra el público y los jugadores, que disputaban un partido de fútbol gaélico, lo que causó 14 muertes, entre ellas las de tres niños, y decenas de heridos.

Esa misma mañana, al alba, un grupo de hombres del legendario dirigente del IRA Michael Collins, conocidos como la Banda del Cairo, había asesinado a sangre fría en sus domicilios a 14 agentes británicos.

El hecho es que la desproporcionada reacción de las milicias británicas produjo uno de los capítulos más tristes y recordados en Irlanda y reforzó, de paso, el nacionalismo radical de la GAA.

Formada en 1884 para promover los deportes autóctonos, la GAA y sus equipos continúan siendo hoy en día un colectivo estrictamente aficionado, lo que no le ha impedido poseer un estadio como "Croker", con capacidad para casi 85.000 espectadores.

Durante más de un siglo, esta asociación ha servido como centro de reunión para la comunidad católica, sobre todo en las zonas rurales del Ulster y, en ocasiones, como refugio de las posiciones más violentas del movimiento republicano, con el IRA a la cabeza.

Su imagen tampoco ha sido, en ocasiones, todo lo buena que desearían porque, por ejemplo, hasta 1971 sus miembros no podían practicar o presenciar los llamados deportes extranjeros, como el rugby, el fútbol, el cricket o el hockey.

Más recientemente, al hilo del proceso de paz en la isla, la GAA modificó sus estatutos y tras someterlo a votación, decidió eliminar la normativa que prohibía a protestantes y miembros de las fuerzas de seguridad británicas participar en los deportes gaélicos.