Entierran los restos de Kirchner tras un conmovedor adiós en su ciudad natal

Río Gallegos, la ciudad sureña donde nació hace 60 años y en la que desarrolló su instinto de animal político, dio hoy un conmovedor adiós al ex presidente argentino Néstor Kirchner y se comprometió a no olvidar a su hijo predilecto.

Los restos de Kirchner llegaron a su ciudad natal en un avión procedente de Buenos Aires, donde fue despedido con un impresionante funeral de Estado en el que participaron decenas de miles de personas durante 26 horas.

Familiares, amigos, funcionarios y dirigentes políticos viajaron a Río Gallegos, adonde se desplazó también el presidente venezolano, Hugo Chávez, uno de los ocho presidentes suramericanos que asistieron al velatorio del cuerpo en la Casa Rosada. Precisamente Chávez fue quien recibió con un abrazo a Cristina Fernández en el aeropuerto de Río Gallegos, 2.600 kilómetros al sur de la capital argentina, cuando llegaron los restos del ex mandatario.

El lento descenso del féretro desde el avión fue la antesala a una impactante caravana popular hasta el cementerio municipal, encabezada por la presidenta y sus hijos, Máximo y Florencia. El cortejo, que avanzó a paso de hombre, fue seguido por autos, motos y miles de personas apostadas a los costados de la autovía que enlaza el aeropuerto con el cementerio, en el mismo recorrido que realizó Kirchner en 2003 para celebrar su triunfo en las elecciones presidenciales.

Para los galleguenses, el ex presidente fue, además de político, un vecino, porque vivió durante más de 30 años en su ciudad natal y fue ahí donde empezó su carrera política, primero como alcalde (1987-1991) y después como gobernador de la provincia de Santa Cruz, entre 1991 y 2003, un cargo que le catapultó a la Casa Rosada.

"Soy radical de la cuna, pero vine a despedir los restos de Kirchner porque fue el dirigente que me devolvió la confianza en la dirigencia política, aunque hizo cosas con las que no he estado de acuerdo", reflexionó a Efe Carlos Sosa, quien viajó desde Caleta Olivia, a 700 kilómetros de Río Gallegos, para participar de la caravana.

Para la boliviana María Osumi, Kirchner, Chávez y el mandatario de Bolivia, Evo Morales, se erigieron como "los tres principales caudillos de la región".

El cortejo fúnebre demoró cerca de tres horas en recorrer los 7 kilómetros que separan el aeropuerto del cementerio, abriéndose paso a duras penas entre la multitud, que traspasó los cordones de seguridad y provocó situaciones de tensión con la policía hasta que la propia Cristina Fernández pidió a los agentes que permitieran a la gente acercarse a la caravana fúnebre.

"Kirchner marcó a fuego a nuestra provincia", "Fuerza Cristina" rezaban muchos de los mensajes de apoyo que acompañaron el recorrido hasta el cementerio, impecablemente pintado. Sólo familiares y el círculo íntimo del matrimonio presidencial accedió al camposanto para participar en el responso religioso que antecedió a la sepultura en un panteón familiar.

Néstor Kirchner murió este miércoles de un infarto masivo en el hospital José Formenti de la villa turística de El Calafate, situada a 300 kilómetros de Río Gallegos y en la que descansaba junto a su esposa. El ex presidente (2003-2007) había sufrido dos intervenciones coronarias en el último año: en febrero, por una obstrucción en la carótida derecha, y en septiembre, por un problema en la arteria coronaria que requirió una angioplastia. En ambos casos Kirchner desoyó los consejos médicos que le sugirieron que rebajara su actividad y evitar las tensiones. Muy al contrario, siguió ejerciendo como presidente en la sombra mientras se desempeñaba como diputado, líder del Partido Justicialista (PJ, peronista) y secretario general de Unasur.

"Era un adicto a la militancia", fue uno de los comentarios más escuchados hoy entre sus seguidores patagónicos. "Kirchner merecía esta despedida en Río Gallegos, la ciudad donde nació, donde trabajó y donde dejó jirones de su vida", resumió el jefe del Gabinete de Santa Cruz, Pablo González.

Según fuentes oficiales, Cristina Fernández viajará hoy a su residencia de El Calafate junto con sus hijos y el lunes regresará a Buenos Aires para retomar su actividad oficial.