El terrorista de París tenía el encargo desde Siria de atacar iglesias

El presunto terrorista detenido el pasado domingo en París y acusado de haber asesinado ese día a una mujer tenía en su poder un arsenal de armas de guerra y documentos que lo vinculan con grupos yihadistas, y había recibido instrucciones para atentar contra iglesias.

El fiscal de París, François Moulins, explicó que el material informático requisado a este argelino de 24 años, estudiante de electrónica, permitió establecer que había estado en contacto con un interlocutor en Siria con el que había hablado de las modalidades de cometer un atentado y que le había fijado como objetivo una iglesia.

En su domicilio, además de numerosas armas -fusiles Kalashnikov, pistolas, munición, chalecos antibalas- la policía encontró documentos en árabe sobre Al Qaeda y el grupo yihadista Estado Islámico, precisó Moulins.

Fue arrestado en la residencia de estudiantes donde vivía, en el sureste de París, después de llamar a los servicios de urgencia porque estaba seriamente herido de bala.

Los policías no se creyeron su versión de que se había herido accidentalmente cuando trataba de desembarazarse de las armas que poseía lanzándolas desde un puente al río Sena.

Sobre todo porque diversas pruebas lo relacionaron rápidamente con el asesinato esa misma mañana de una profesora de gimnasia en Villejuif, ciudad limítrofe con París.

La bala que mató a Aurélie Châtelain fue disparada con una de las pistolas que tenía el sospechoso, que además dejó su ADN en el coche de la asesinada.

Además, imágenes de vídeo-vigilancia han mostrado que el sospechoso había estado en Villejuif y había hecho el recorrido con su propio vehículo entre esa ciudad al sur de la capital y su domicilio.

El joven, al que los medios de comunicación han identificado como Sid Ahmed Ghlam, había estado vigilado por los servicios secretos franceses en 2014 y 2015 porque había pistas sobre su intención de viajar a Siria para integrarse en grupos yihadistas. Pero esa vigilancia no permitió recopilar elementos para llevar su caso a la Justicia.