El temporal mantiene en el Reino Unido a miles de hogares sin luz y evacuados

  • Cameron dice que "hará todo lo que sea necesario" para ayudar a damnificados

El primer ministro británico, David Cameron, insistió en que el Gobierno "hará todo lo que sea necesario" para ayudar a los damnificados por las inundaciones en Inglaterra, provocadas por temporales de intensas lluvias.

En declaraciones a la cadena ITV, Cameron defendió la respuesta del Gobierno ante la crisis y aseguró que la gente debe quedarse tranquila de que recibirá ayuda "en este momento difícil".

Las inundaciones han dejado a miles de hogares sin electricidad y muchas familias se han visto obligadas a abandonar sus casas, mientras el Servicio Meteorológico pronosticó para hoy otro temporal de intensas lluvias y vientos, que puede empeorar la situación.

"Lo que hemos tratado de hacer es aplicar medidas de emergencia lo más rápido que pudimos", dijo el político, que resaltó que el Reino Unido sufre el comienzo de año más lluvioso en 250 años.

Agregó que el Gobierno ha dispuesto el despliegue de militares para ayudar a colocar sacos de arena en las casas y que poco a poco se está restableciendo la electricidad en miles de hogares. Cameron prometió hace unos días que habrá fondos disponibles para ayudar a los que han sufrido pérdidas económicas por las lluvias.

Unas 25.000 propiedades están aún sin suministro eléctrico en Inglaterra tras el temporal de viento de los últimos días. La Agencia del Medio Ambiente tiene en vigor 17 alertas "graves" de inundaciones -con riesgo para la vida- en los condados de Somerset (suroeste de Inglaterra), Gloucestershire (oeste inglés) y Berkshire y Surrey (a las afueras de Londres).

Esta agencia anticipó que el nivel de las aguas del río Támesis puede volver a subir tras las esperadas precipitaciones. Las inundaciones han provocado problemas en los servicios ferroviarios, con numerosas cancelaciones y retrasos en las áreas más castigadas por los precipitaciones, como las cercanas al río Támesis, a las afueras de Londres, y en el suroeste de Inglaterra.

Muchas carreteras permanecen cerradas por inundaciones o por la caída de árboles pues los vientos llegaron en los últimos días en varias zonas de Inglaterra a 160 kilómetros por hora.